Mientras cruzaban la frontera, la familia Harrison fue seleccionada para una revisión aleatoria de su vehículo. En el compartimento cerrado donde Andrew guardaba sus armas de fuego, las autoridades encontraron un arsenal que no declaró al entrar al país. Un error involuntario, según su padre, Tony, que afirma que Andrew olvidó las armas en el vehículo.
La situación se tornó crítica cuando Andrew fue arrestado y encarcelado en México. Su prometida fue liberada, pero él enfrentó un juicio por posesión ilegal de armas, un delito que podría haberlo mantenido tras las rejas por años. "Los cargos insinuaban que estaba en México para causar daño", explica Andrew, "pero siempre mantuvimos que mi intención nunca fue la de violar la ley mexicana".
La justicia mexicana, tras un juicio de tres días, declaró a Andrew inocente. "El juez reconoció que había cometido un error", afirma Andrew. Finalmente, tras casi dos años, volvió a casa, pero no sin secuelas.
Es difícil volver al mundo real, admite. Reconstruir mi vida, mi relación con mis hijos... es un proceso complicado. El más pequeño, que tenía seis meses cuando lo vio por última vez, ahora tiene dos años.Andrew está enfocado en recuperar su vida. Su prioridad es la reconstrucción de su vínculo familiar y la búsqueda de un nuevo empleo. Tras años de encierro, ahora busca su lugar en un mundo que se ha transformado mientras él estuvo lejos. Su historia, que parece una película de drama, nos recuerda la importancia de la responsabilidad y la fragilidad del destino en momentos inesperados.