López Obrador responde a Zedillo: "Su historial está manchado de corrupción y represión"

Esta vez, el mandatario no se quedó callado ante las críticas de Zedillo sobre la reforma al Poder Judicial, acusándolo de carecer de autoridad moral para hablar sobre democracia.

En su conferencia de prensa mañanera, López Obrador rememoró el oscuro pasado del gobierno de Zedillo, recordando el rescate bancario del Fobaproa, que según él, fue un saqueo masivo a las arcas del país. "En el sexenio de Zedillo se llevó a cabo el saqueo más grande de la historia del país", afirmó el presidente, asegurando que el costo del Fobaproa superó los 3 billones de pesos, a pesar de que Zedillo inicialmente calculó un costo de 180 mil millones de pesos.

López Obrador también mencionó el rescate de la autopista Cuernavaca-Acapulco, que según él, fue un acto de corrupción y tráfico de influencias. El gobierno de Zedillo habría otorgado un rescate de 700 millones de dólares a la empresa constructora, a pesar de que solo solicitaba 300 millones de dólares.

Para el presidente, el historial de Zedillo está manchado por la represión de Aguas Blancas y Acteal, dos episodios que han marcado la historia de México. "Y ya no hablemos de la represión de Aguas Blancas, de Acteal, todo eso se les olvida a las organizaciones no gubernamentales, ya Zedillo se convierte en dirigente de la oposición, así las cosas", mencionó López Obrador.

En contraste, López Obrador ha insistido en que la reforma al Poder Judicial es necesaria para acabar con la corrupción y las influencias que han permeado el sistema de justicia por años. El presidente considera que las críticas de Zedillo reflejan la frustración de aquellos que buscan mantener un sistema de privilegios y dominación.

La confrontación entre ambos exmandatarios pone de manifiesto las profundas diferencias ideológicas y políticas que dividen a México. Mientras López Obrador busca una transformación profunda del país, Zedillo se presenta como un defensor del orden establecido. El debate sobre la reforma judicial, la corrupción y la democracia continúa, y solo el tiempo dirá quién tendrá la última palabra.