El corazón de la Ciudad de México se engalanó para recibir a la primera presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo. Acompañada por su esposo Jesús María Tarriba, la mandataria electa salió de su departamento con rumbo a la Cámara de Diputados, siguiendo la tradición que marca el inicio de una nueva era. Un camino que se convirtió en una alfombra de flores y aplausos.
Un recibimiento multitudinario inundó las calles. El cariño y la esperanza se hicieron presentes en la multitud que acompañó a Sheinbaum en su trayecto. Miles de personas se agolparon en las calles, lanzando pétalos de rosas, portando pancartas con mensajes de apoyo y coreando su nombre. La emoción era palpable.
Mientras tanto, el presidente Andrés Manuel López Obrador, acompañado por su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, salió de su casa en Tlalpan con destino a San Lázaro. Su viaje, sin embargo, se vio afectado por la efervescencia popular. Las calles se convirtieron en un mar de gente, impidiendo un traslado rápido hacia la sede de la ceremonia de toma de protesta.
Las cámaras de los medios de comunicación captan la euforia del momento. El entusiasmo popular no se hizo esperar, convirtiendo el recorrido en una maratón de emoción y esperanza. A pesar de la euforia, la puntualidad se vio afectada. Se esperaba que el presidente y la nueva presidenta llegaran 15 minutos antes de las 11:00 de la mañana, pero la lentitud del avance hacia la Cámara de Diputados hacía dudar de la posibilidad de llegar a tiempo. Un panorama que refleja el impacto de este acontecimiento histórico en la vida de los mexicanos.
Las motos de los medios de comunicación se abren paso con dificultad, acompañando los vehículos donde viajan las figuras claves del momento. Una imagen que encapsula la expectativa y la emoción que se vive en este día histórico.