Se trata de Ozempic, un medicamento que, a pesar de estar diseñado para controlar el azúcar en la sangre, ha demostrado un efecto secundario inesperado: ¡promueve la pérdida de peso! El boca a boca se ha convertido en el mejor marketing para Ozempic. Celebridades como Oprah Winfrey, Amy Schumer y Kim Kardashian han confesado usar medicamentos que regulan el metabolismo, entre ellos, el Ozempic.
Pero, ¿cuál es el secreto de su popularidad? La semaglutida, el ingrediente activo en Ozempic, imita a una hormona natural que regula el apetito. Esta ola de entusiasmo por Ozempic ha provocado una escasez del medicamento en México. Las clínicas estéticas de San Diego, California, se han convertido en un punto de encuentro para aquellos que buscan el elixir de la delgadez. Incluso, algunos buscan Ozempic en Tijuana, a pesar de las advertencias de los médicos sobre las posibles consecuencias del uso incorrecto del medicamento.
Ningún medicamento debería quitarte el hambre, comenta Elena Marroquín, quien tomó Ozempic durante un mes. La comida me empezó a dar asquito. Si olía a pollo frito, me vomitaba, recuerda.
La popularidad del medicamento ha generado una demanda tan alta que ya existen versiones piratas que se distribuyen en redes sociales y en clínicas sin ética. The New York Times advierte sobre el peligro de estas copias, ya que contienen ingredientes desconocidos que pueden ser dañinos para la salud.
Los médicos advierten que Ozempic no es una solución mágica para la obesidad. "Es un buen medicamento para pacientes con diabetes, pero no para quienes solo buscan bajar de peso", comenta la doctora Génesis Casas, bariatra de Coahuila. "Si hay una sobremedicación, se puede generar una baja de azúcar y síntomas secundarios graves", agrega.
Mientras tanto, Ozempic continúa siendo un tema de conversación. La farmacéutica Eli Lilly, con sus medicamentos Zepbound y Mounjaro, compite con Novo Nordisk por la atención del mercado. El futuro de Ozempic en México aún es incierto.