¿Adiós a la incertidumbre? Sheinbaum busca regular el trabajo de Uber, Didi y Rappi

Esta es la realidad de miles de conductores y repartidores que utilizan plataformas digitales como Uber, Didi, Rappi y Amazon.

¿Y si te dijéramos que la realidad de estos trabajadores podría cambiar? La jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, ha presentado una propuesta que busca revolucionar el panorama laboral de este sector.

La iniciativa, que se enmarca en la Ley Federal del Trabajo, busca regular el trabajo de los conductores y repartidores de plataformas digitales, permitiéndoles inscribirse en el IMSS. El objetivo: garantizar una seguridad social básica para este sector, que ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años.

¿Cómo funcionaría este nuevo sistema? La propuesta establece que los trabajadores que ganen al menos un salario mínimo (7,468 pesos al mes) podrán acceder a los beneficios del IMSS, incluyendo:

* Protección ante riesgos de trabajo

* Seguro contra accidentes

* Cobertura de enfermedades

* Incapacidades

* Licencias de maternidad

* Guarderías

* Pensiones

Esta iniciativa, que beneficiaría a aproximadamente 658,000 personas (el 41% de los trabajadores en plataformas digitales), ha generado un debate acalorado.

¿Uber en contra? La plataforma ha expresado su preocupación por la viabilidad de esta propuesta, argumentando que el 70% de sus conductores se conectan a la plataforma por menos de 10 horas a la semana. Esta realidad, según Uber, dificultaría financiar un sistema de seguridad social que se basa en un modelo laboral de jornada completa.

"El gran problema es que esta es una industria donde las personas utilizan (la plataforma) de manera muy heterogénea. No están todo el día conectados", señaló un representante de Uber.

¿Qué implica esta controversia? El debate gira en torno a la necesidad de adaptar el sistema de seguridad social tradicional a un nuevo modelo laboral flexible y sin jefes directos. El futuro de los trabajadores de plataformas digitales está en juego, con la incertidumbre sobre cómo se armonizarán sus derechos con las necesidades de la economía digital.