Las promesas de bienestar para los trabajadores del campo resonaron durante la conferencia matutina de la presidenta Sheinbaum el 22 de octubre, pero la incertidumbre persiste sobre cómo se asegurará que los apoyos lleguen a quienes realmente lo necesitan.
La presidenta Sheinbaum habló sobre la necesidad de garantizar los derechos sociales de los trabajadores del campo, incluyendo a los jornaleros agrícolas, un sector que se caracteriza por la vulnerabilidad y la falta de protección. Sin embargo, no se especificaron mecanismos para garantizar la transparencia en la asignación de los apoyos. La falta de claridad sobre cómo se evitará que los grandes productores reciban los apoyos destinados a los jornaleros genera preocupación.
Se mencionaron programas para atender las causas de la pobreza y la exclusión social, pero la pregunta sobre cómo se verificará que los recursos lleguen a los trabajadores sigue sin respuesta. Es crucial que se implementen mecanismos de control y auditoría que garanticen la correcta distribución de los recursos.
Para evitar que los apoyos se desvíen y se conviertan en un beneficio para los grandes productores en lugar de los trabajadores, se necesitan medidas concretas. La transparencia y la rendición de cuentas son pilares fundamentales para garantizar que los programas sociales cumplan con su objetivo: mejorar la calidad de vida de los trabajadores del campo.