Con la expansión de las universidades del bienestar Benito Juárez, la promesa de acceso a la educación de calidad para todos parece estar más cerca que nunca. Sin embargo, para que este proyecto sea verdaderamente exitoso, es fundamental comprender cómo se integrarán las necesidades y perspectivas de las comunidades locales en su desarrollo.
La reciente conferencia de prensa de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo del 23 de octubre de 2024, se centró principalmente en la expansión del programa y en el aumento de la matrícula en las instituciones de educación superior, sin profundizar en el papel que jugarán las comunidades en la construcción de estas universidades.
En la mañanera no se mencionan estrategias concretas para asegurar la participación de las comunidades locales en la definición de los planes de estudio, la selección de las áreas de investigación o la creación de programas de extensión. La relevancia de estas universidades para las necesidades específicas de cada región es un aspecto crucial que requiere mayor claridad.
La creación de una red de universidades del bienestar que sea verdaderamente inclusiva y relevante para las comunidades locales dependerá de la colaboración efectiva entre las instituciones, los gobiernos estatales y la sociedad civil.
Para que este ambicioso proyecto sea un éxito, es fundamental que se establezcan mecanismos de participación activa que permitan a las comunidades locales influir en la dirección de estas universidades. Solo así se podrá asegurar que estas instituciones sean verdaderamente útiles para el desarrollo de las regiones que sirven.