La vida, las personas, los eventos, todo borrado. Esta es la realidad que enfrenta Luciano D'Andamo, un hombre de 63 años que sufrió un accidente en Roma y despertó con un vacío en su memoria. Al abrir los ojos, Luciano se encontró en un mundo desconocido. La fecha, el año, la tecnología, todo le era ajeno. Creía tener 24 años y estar en 1980, un año que ya era historia para el resto del mundo.
"¿Cómo podría ser hijo mío un hombre nacido mucho antes que yo?", se preguntó Luciano al ver a su propio hijo. Su mente no podía procesar que había pasado casi cuatro décadas sin que él se diera cuenta.
La confusión se apoderó de él cuando, al levantarse de la cama, se miró en el espejo. La imagen que le devolvió el reflejo era la de un hombre mayor, de pelo canoso, completamente ajeno a la persona que creía ser. La realidad se hizo evidente: el golpe en la cabeza le había arrebatado 39 años de su vida.
Las Copas del Mundo que Italia había ganado en 1982 y 1990, los teléfonos celulares que inundaban las calles, la Internet que conectaba al mundo, todo era un misterio para Luciano. Él se había despertado en un futuro que no reconocía. Con el apoyo de los psicólogos, Luciano ha ido reconstruyendo su vida poco a poco. Ha tenido que aprender a vivir en un mundo que no recuerda, a reconstruir su relación con su esposa, a conocer a su hijo como si fuera un extraño.
El caso de Luciano es una muestra de cómo un accidente puede transformar la vida de una persona. La pérdida de memoria es una experiencia desgarradora que nos recuerda la fragilidad de la memoria y la importancia de vivir cada instante al máximo.