En la jungla de asfalto que es la Ciudad de México, las calles se llenan de historias, algunas buenas, otras no tanto. Una de estas últimas nos lleva a los estacionamientos, esos espacios que prometen seguridad pero que, en realidad, se han convertido en un terreno fértil para el robo, la complicidad y la impotencia
Las denuncias en redes sociales se multiplican como hormigas en un picnic, cada una contando un relato similar: el horror de encontrar tu coche desvalijado al volver de una simple visita al centro. Catalizadores, llantas, espejos, incluso gasolina; nada parece estar a salvo de las manos de los ladrones que operan dentro de estos laberintos de concreto.
Uno de los casos que ha dado la vuelta al internet es el de una persona que se encontró con el catalizador de su Jetta robado después de haber dejado el coche en un estacionamiento cerca de Bellas Artes. La historia, relatada en un hilo de Twitter, es una muestra de cómo la inseguridad se ha apoderado de estas zonas.
"Es de los que te piden las llaves en la entrada y se los llevan atrás a estacionar. Fui a hacer mis compras, regresé y me entregaron el coche. Me fui a casa en Azcapotzalco y vi que se encendió el check engine de mi coche. Un familiar tenía un escáner y vi que decía que era un problema con el catalizador. Pensé que se había dañado por caer en un bache. El coche se queda estacionado entre semana (no lo uso, solo los fines)."
"Hasta este viernes pude llevarlo a revisar, y mi sorpresa: no tenía catalizador. El mecánico me dijo que la soldadura y el tubo se veía reciente, cuando mucho dos semanas. La pieza en agencia la coticé y sale en 82 mil más mano de obra. Fui a reclamar y dijeron que ahí no fue, que no tenían cámaras para mostrar dentro, pero que no podía comprobar que había sido ahí donde se lo robaron."
La víctima relata que el robo del catalizador, una pieza que contiene metales preciosos como platino, paladio y rodio, no fue un hecho aislado. Muchos otros usuarios han denunciado robos similares en diferentes estacionamientos de la ciudad, incluyendo zonas como Polanco y la Roma.
El problema, según varios testimonios, no es solo el robo en sí, sino la complicidad que existe entre algunos encargados de los estacionamientos y los delincuentes. Los usuarios denuncian que, en muchos casos, los responsables del estacionamiento incluso preguntan cuánto tiempo van a estar fuera, lo que sugiere que están al tanto de los robos y los facilitan.
Las redes sociales se han convertido en un altavoz para la indignación ciudadana, con usuarios exigiendo a las autoridades que tomen cartas en el asunto. La falta de vigilancia efectiva y la inacción de las autoridades han hecho que la situación se agrave cada vez más, dejando a los conductores a la merced de una mafia que parece operar con total impunidad.