Después de tres años de intensas labores, el Museo del Templo Mayor abre sus puertas por completo. La reapertura de esta joya arqueológica en el corazón de la Ciudad de México trae consigo la posibilidad de explorar sin restricciones el legado de Tláloc y Huitzilopochtli. El camino hacia la reapertura no ha sido fácil. En abril de 2021, una fuerte lluvia provocó el colapso de la cubierta de la Casa de las Águilas, una parte fundamental del complejo.
"Fue una labor titánica", comenta Patricia Ledesma, directora del Museo del Templo Mayor. "Retirar la cubierta antigua y reemplazarla por una moderna exigió la colaboración de un equipo multidisciplinario" que unió esfuerzos para proteger los frágiles restos arqueológicos.
El proyecto de rehabilitación implicó la construcción de una nueva cubierta de 475 metros cuadrados utilizando el mismo sistema de tridilosa que se empleó en la Casa de las Águilas y los templos rojos.
"Esta última cubierta nos permite asegurar la protección de los vestigios para las próximas generaciones", explica Ledesma.
Pero la reapertura no solo trae consigo la culminación de las labores de restauración. El INAH presenta una exhibición con 103 piezas arqueológicas repatriadas de Estados Unidos.
Estas piezas, recuperadas por agentes de Texas, incluyen objetos de piedra, cerámica, hueso y materiales orgánicos que datan de las culturas del norte y occidente de México.
Entre ellas destaca un incensario maya, que forma parte de la colección. "Es un orgullo poder presentar estas piezas al público mexicano", menciona Diego Prieto, director del INAH. "Su regreso a nuestro país es un testimonio del compromiso de las autoridades mexicanas con la protección del patrimonio cultural".
La exhibición se encuentra en el vestíbulo del Templo Mayor, esperando a ser admirada por los visitantes.