En la colonia Americana de Guadalajara, la madrugada del miércoles 6 de noviembre, el silencio de la noche se vio interrumpido por la música a todo volumen en una casa de huéspedes. La fiesta, el alcohol y la música alta eran protagonistas de la noche, pero un detalle crucial pasó desapercibido: la necesidad de descanso de uno de los inquilinos.
Mientras el ambiente se calentaba con la música y las risas, un hombre, víctima de la situación, se atrevió a pedirles a sus compañeros de casa que bajaran el volumen. Su petición, aparentemente simple, desató una reacción violenta. Los otros dos inquilinos, en estado de ebriedad y molestos por la interrupción, decidieron responder con golpes.
La policía de Guadalajara recibió la llamada de auxilio y al llegar al lugar, se encontraron con la víctima lesionada. Las versiones de los testigos coinciden: el hombre fue golpeado tras pedirles a sus compañeros que bajaran el volumen de la música.
Aunque no se confirmó de manera oficial, se especula que los agresores fueron detenidos.