El caos se apoderó de las calles de Ecatepec por unas cuantas horas. La Vía Morelos, arteria principal de la ciudad, se vio interrumpida por un grupo de jóvenes, sus rostros llenos de determinación, sus voces resonando con un mensaje de inconformidad.
La situación, que comenzó como un simple reclamo, se transformó en un escenario tenso, con la imagen de la universidad en el centro de la controversia.
Los estudiantes, pertenecientes a la Universidad de las Tres Culturas, se plantaron en la vía con una sola exigencia: "¡Que se escuchen nuestras voces!". La situación, que comenzó a las 10 de la mañana, se prolongó por casi cuatro horas, dejando a los automovilistas en un mar de incertidumbre y frustración. Se escucharon cánticos, se desplegaron pancartas y se realizaron pronunciamientos, pero al final, la presión de la autoridad se impuso, obligando a los estudiantes a desistir.
La Universidad de las Tres Culturas, conocida por su compromiso con la formación integral de sus alumnos, se enfrenta ahora a un desafío de imagen. La protesta, que buscaba dar voz a las necesidades de los estudiantes, ha generado incertidumbre sobre el futuro de la institución y el rumbo de la educación en la región.
La Vía Morelos volvió a fluir, pero las preguntas sobre las causas de la protesta, las demandas de los estudiantes y las acciones que tomará la Universidad de las Tres Culturas para atenderlas, continúan resonando en el aire, dejando un sabor amargo en el ambiente.