La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo destacó que, según las cifras presentadas, un notable 76% del agua en México se destina al sector agrícola. Este dato resalta la dependencia del país en la agricultura, un sector que no solo es crucial para la economía, sino también para la seguridad alimentaria. En contraste, el 9% se asigna a la industria y la generación de energía, mientras que el 15% restante se utiliza para el uso público urbano.
Sin embargo, es fundamental considerar que estas cifras pueden variar dependiendo de la fuente consultada. Por ejemplo, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) reportó en 2020 que el 77.5% del agua se destinó a la agricultura, con un 10.4% para la industria y un 12.1% para el uso urbano. Además, la Conagua especifica que el 65% del agua se utiliza para riego, mientras que el 21% se destina a uso doméstico, el 10% a uso público urbano y el 4% a uso industrial.
Estos datos evidencian la complejidad de la distribución del agua en el país y la necesidad de un enfoque integral que contemple las diversas necesidades de los sectores involucrados. La variabilidad de las cifras también sugiere que es crucial mantenerse informado sobre la situación hídrica actual, ya que puede influir en políticas y decisiones futuras que afecten a la población y al medio ambiente.