500 migrantes decidió partir de Tapachula, en la frontera con Guatemala, con la esperanza de llegar a su destino antes de que el nuevo presidente asuma el poder en enero próximo.
Entre ellos se encontraba Douglas Velásquez, uno de los coordinadores del éxodo, quien explicó que el grupo había estado caminando durante más de 240 kilómetros desde su partida el 20 de noviembre. "Lo que pedimos es que nos hagan válido este papel más adelante, que no nos vayan a detener y regresar para atrás. Lo único que pedimos es que nos dejen avanzar", dijo Velásquez.
El Instituto Nacional de Migración (INM) intervino en la situación y otorgó a los migrantes un documento para poder transitar por el país. Según Velásquez, más de mil extranjeros accedieron a recibir el salvoconducto, principalmente mujeres y niños que ya estaban muy lastimados por la caminata.
El INM rechazó las acusaciones de engañar a migrantes durante los traslados en autobuses a otros estados de la República. "El primer contacto que tienen al abordar los autobuses del INM, es con los Grupos Beta de Protección a Migrantes, quienes al momento les brindan líquidos para hidratarse y la atención inmediata que requieran", señaló la autoridad.
El INM agregó que al aceptar la ayuda, los migrantes han externado que ya no quieren enfrentar los riesgos de la travesía. La institución refrendó su compromiso de brindar un trato digno a quienes transitan de manera irregular en México y ponen en riesgo su integridad y la de sus familias.
Entre las medidas tomadas por el INM se encuentran:
- La atención especial a grupos vulnerables, como infancia y núcleos familiares, con apego a la ley.
- La entrega de documentos para poder transitar por el país.
- La atención inmediata a los migrantes que requieren asistencia.