Mientras jugaba en la cocina, el menor tropezó con una olla con agua hirviendo que su madre había dejado sobre la estufa. La olla cayó sobre él, provocando severas quemaduras que lo dejaron inconsciente debido al intenso dolor.
El niño, identificado como Cristofer, sufrió quemaduras en el 75% de su cuerpo. Su familia, que reside en una zona rural ubicada a más de 50 kilómetros de la cabecera municipal, rápidamente lo trasladó al Hospital General de Minatitlán. A pesar del tiempo transcurrido, los médicos lograron estabilizar al niño y comenzaron el tratamiento de sus heridas.
La situación del niño ha generado gran preocupación en su familia, que ahora enfrenta no solo el dolor de ver al pequeño sufrir, sino también dificultades económicas para cubrir los gastos médicos. La abuela de Cristofer, Reynalda, explicó que además de los costos de la atención hospitalaria, también carecen de los recursos para comprar algunos de los medicamentos necesarios para su recuperación.
La familia ha solicitado el apoyo de la comunidad de Minatitlán para poder costear el tratamiento de Cristofer. A pesar de la grave situación, la familia ha mostrado algo de esperanza, ya que el niño ha mostrado señales de mejoría. Según su abuela, Cristofer ya reconoce a las personas y puede hablar, algo que no sucedía cuando llegó al hospital.
El caso de Cristofer resalta no solo el peligro que representan los utensilios de cocina en el hogar, sino también las dificultades que enfrentan muchas familias en zonas rurales para acceder a atención médica adecuada. La comunidad local se ha solidarizado con la familia, aunque el camino hacia su recuperación sigue siendo incierto y desafiante.
Entre las dificultades que enfrenta la familia se encuentran:
- La falta de recursos para cubrir los gastos médicos.
- La necesidad de trasladar al niño a un hospital con mejores instalaciones.
- La disponibilidad de camas en los hospitales especializados.