Se avecinan cambios que impactarán directamente nuestro bolsillo, obligándonos a ajustar nuestros presupuestos. La clave está en el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS). Su actualización anual, basada en la inflación reportada por el INEGI (4.5% según datos de noviembre de 2024), traerá consigo incrementos en productos de consumo cotidiano.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público, a través del Diario Oficial de la Federación (DOF), ha publicado los detalles. Más allá del aumento porcentual, los impactos son concretos y se sienten en el precio final de los productos. “La eliminación de beneficios fiscales a alimentos y energía, junto con nuevos gravámenes, añade presión al consumidor”, señala un analista financiero.
¿Qué productos se verán afectados? La lista incluye:
- Combustibles:
- Gasolina Magna: 6.45 pesos por litro (+28 centavos).
- Gasolina Premium: 5.45 pesos por litro (+24 centavos).
- Diésel: 7.09 pesos por litro (+30 centavos).
- Refrescos y bebidas saborizadas: 1.64 pesos por litro (un aumento que se reflejará en el precio final de las bebidas).
- Cigarros: 0.6445 pesos por unidad (incrementando significativamente el costo de las cajetillas).
Cabe mencionar que, aunque se espera un incremento generalizado, la Secretaría de Hacienda ha anunciado la implementación de subsidios para amortiguar el impacto en la población, intentando que el aumento no supere el índice inflacionario. Estos subsidios, sin embargo, podrían variar semanalmente según las publicaciones oficiales en el DOF.
Ejemplos concretos: un refresco de 2 litros que costaba 25 pesos en 2023, podría superar los 27 pesos este año. Similarmente, una cajetilla de Marlboro Vista Arctic que costaba 83 pesos en 2023, se estima alcance los 95 pesos en 2025. Las grandes empresas de telecomunicaciones también anuncian incrementos en sus tarifas, sumando otra variable a la ecuación económica del año.
Las variaciones en los precios y la aplicación de los subsidios serán monitoreadas de cerca por los especialistas para medir su efectividad real en el consumidor final. Los próximos meses serán cruciales para entender el verdadero impacto de estos ajustes en el gasto familiar de los mexicanos.