Para los amantes de la naturaleza y la aventura, Campeche ofrece una alternativa única: Los Manantiales Ich Ha Lol Xaan, o "flor de huano dentro del agua". Esta reserva ecológica, ubicada cerca de la zona arqueológica de Hampolol, es un ecosistema fascinante donde el río se une a la selva, creando un paraíso de agua dulce y salada.
En este refugio natural, se puede disfrutar de actividades como ecoturismo, observación de aves, senderismo, rappel, kayak y tirolesa, todo ello rodeado de una belleza excepcional. Sus aguas cristalinas invitan a un chapuzón refrescante después de una jornada de exploración.
Si prefieres la majestuosidad de las montañas, el Parque Nacional Cumbres de Monterrey en Nuevo León es una opción ineludible. Con más de 177 mil hectáreas, este tesoro alberga una biodiversidad impresionante, incluyendo especies animales endémicas y una flora de alto valor ecológico.
Aquí puedes realizar diversas actividades de ecoturismo, desde admirar los fósiles marinos de más de 65 millones de años en el Cañón de la Huasteca, hasta revitalizarte con las vistas panorámicas desde el Cerro de Chipinque en la Sierra Madre Oriental.
Pero México no sólo ofrece paisajes naturales impresionantes; también cuenta con una rica historia y cultura. Mérida, Yucatán, celebra su 483 aniversario en 2025, ofreciendo una oportunidad única para sumergirse en la cultura maya y la arquitectura colonial. Un paseo por el Zócalo, disfrutando de una tradicional marquesita, es una experiencia imperdible.
Para los interesados en la historia virreinal, Tepotzotlán, Estado de México, es una visita obligada. Este Pueblo Mágico alberga el Museo Nacional del Virreinato, ubicado en un antiguo colegio religioso del siglo XVI, donde se enseñaban idiomas indígenas como el otomí, náhuatl y mazahua. El museo exhibe una invaluable colección de arte plástico de la Nueva España.
Finalmente, para una experiencia completamente diferente, las Islas Marías ofrecen un viaje de transformación. Un atardecer desde el Mirador del Centro Cultural, contemplando el Océano Pacífico, permite reflexionar sobre la historia de este archipiélago, símbolo de renovación y conservación, que se reinventa como un destino de biodiversidad y libertad.