Según el especialista, la opción más segura es, sin duda, recurrir a instituciones financieras formales. “Hay dos canales para solicitar un préstamo: el canal formal y el informal; este último tiende a tener una tasa mayor de interés,” explicó el Dr. Luna. Es decir, ese préstamo "rápido" con tu vecino o con ese prestamista que viste anunciado en un poste, puede salirte muchísimo más caro de lo que imaginas. Las tasas de interés que cobran suelen ser exorbitantes, convirtiendo una pequeña deuda en un problema mucho mayor.
Antes de llegar a pedir un préstamo, incluso en un banco, el Dr. Luna recomienda un exhaustivo análisis de las finanzas personales. Esto implica:
- Crear un presupuesto: Listar todos los gastos fijos (renta, servicios, etc.) y restarlos de tu ingreso mensual.
- Controlar los gastos variables: Identificar áreas donde se pueda reducir el gasto. “El café que te compras cada que vas al trabajo… esas pequeñas cantidades, suman”, señaló el especialista. También sugiere analizar suscripciones a plataformas de streaming: ¿Realmente necesitas tres o cuatro?
- Ahorrar: Una vez cubiertos los gastos fijos y controlados los variables, destina una parte de tu ingreso al ahorro. Esto crea un colchón financiero para futuras emergencias y evita la necesidad de recurrir a préstamos.
El especialista enfatiza la importancia de la planeación financiera y la cultura del ahorro como la mejor herramienta para evitar caer en deudas y tener una mejor estabilidad económica.