La ciudad, normalmente vibrante, se sintió opaca bajo la sombra de la tragedia. El detonante: la muerte de tres miembros de una misma familia: un padre y sus dos hijos, Alexander “N” de 9 años y Gael Antonio “N” de 12. Un supuesto asalto que terminó en tragedia, un hecho que ha desatado la furia de la población y ha puesto en la mira al gobernador del estado.
La manifestación, que partió de la escuela primaria “Sócrates”, no se limitó a marchas pacíficas. Un grupo de manifestantes, impulsados por la rabia y la frustración, irrumpió en las oficinas del Palacio de Gobierno. “¡Con los niños no!”, “¡Asesinos, asesinos!”, “¡Fuera Rocha!”, resonaban los gritos. La fuerza de su enojo fue tal que rompieron paredes de tabla roca con golpes y utilizaron muebles como armas improvisadas en su intento por acceder al despacho del gobernador.
Las imágenes de la protesta son impactantes: boquetes en las paredes, muebles destrozados, la tensión latente en cada rostro. No solo adultos, también menores de edad participaron en esta demostración de indignación, reflejando la profunda preocupación que embarga a la sociedad sinaloense.
Ante la gravedad de los hechos y las crecientes exigencias de justicia, la Secretaría de Seguridad y Protección Civil, encabezada por Omar García Harfuch, informó que se ha iniciado una investigación para dar con los responsables del crimen. Feliciano Castro Meléndrez, secretario general del gobierno estatal, aseguró en conferencia de prensa que existe un diálogo abierto para abordar la problemática de inseguridad en Sinaloa, afirmando que: “Personal de la Secretaría de Seguridad Pública tiene en Sinaloa un cuerpo de investigación que atiende el caso concreto de estos dos niños, como atiende muchos otros más. Se combate la inseguridad para conseguir la paz”.
La situación en Culiacán permanece tensa, con la incertidumbre sobre las consecuencias de esta movilización ciudadana y el futuro de la investigación sobre la trágica muerte de la familia.