Una escena que, aunque común en la ciudad, esta vez dejó una marca indeleble. La madrugada del lunes 27 de enero se convirtió en el escenario de un trágico suceso en el elevado que cruza la avenida Ruiz Cortines. El protagonista: una camioneta Chevrolet Cheyenne negra, cuyo conductor perdió la vida tras un brutal impacto.
Las primeras investigaciones apuntan a una posible causa: “aparentemente dormitó”, según los reportes preliminares. Esa breve pérdida de consciencia, según la hipótesis inicial, fue suficiente para que el vehículo perdiera el control y se estrellara contra una columna del sistema de transporte Metrorrey. La fuerza del impacto fue tal, que dejó la camioneta destrozada.
La identidad del conductor, desafortunadamente, permanece aún en el anonimato. Las autoridades trabajan para determinar su nombre, mientras que personal de Servicios Periciales realiza la investigación para esclarecer las circunstancias exactas del incidente. Se investiga la posibilidad de un microsueño, sin descartar otras hipótesis como un posible alcance o "cerrón".
Las consecuencias del accidente se extendieron más allá del punto de impacto. El cierre parcial de la circulación en la avenida Félix U. Gómez, sentido Monterrey a San Nicolás, provocó un caos vial durante varias horas. Los automovilistas tuvieron que recurrir a rutas alternativas, enfrentando largas filas y retrasos en sus trayectos. El tráfico colapsó en carriles laterales, evidenciando la dependencia de este importante corredor vial.
La escena, con la camioneta prácticamente irreconocible, quedará grabada en la memoria de quienes presenciaron las labores de rescate y la posterior investigación. Un recordatorio de la fragilidad de la vida y la importancia de la seguridad vial en las concurridas calles de Monterrey. Los detalles aún se encuentran bajo investigación.