Decenas de vehículos oficiales, sirenas apagadas, se dirigían a un mismo punto: una capilla en la Avenida Constitución.vEl motivo de esta congregación inusual era la despedida de Edgar Alan Ochoa Martínez, un agente ministerial de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI), quien perdió la vida el pasado domingo en un trágico incidente en el municipio de García. La noticia de su muerte, un golpe duro para la comunidad, resonó con fuerza en la corporación.
A las 12:00 del mediodía, la capilla se llenó con la presencia de numerosos compañeros de Ochoa Martínez, encabezados por el director de la AEI, Esteban Cantú Montes. La misa de cuerpo presente, cargada de dolor y respeto, fue un testimonio del impacto que la pérdida del agente tuvo en sus colegas.
"Era un gran compañero, dedicado a su trabajo y a su familia", comentó un agente ministerial visiblemente afectado, mientras se unía al resto en un momento de profundo silencio durante la ceremonia. La imagen del agente, conocido por su compromiso, contrastaba con la crudeza de la situación.
El programa de despedida continuó a las 14:00 horas con un homenaje y una guardia de honor en las instalaciones de la AEI, ubicadas en la Avenida Gonzalitos. Allí, sus compañeros rindieron tributo a su memoria, recordando su entrega y sacrificio. El acto se llevó a cabo con respeto y una emotiva solemnidad.
Finalmente, el cortejo fúnebre, un desfile silencioso de vehículos oficiales y dolientes, partió hacia el Panteón Jardín de los Ángeles en Apodaca. Edgar Alan Ochoa Martínez, quien deja tres menores huérfanos, recibió su último adiós en una ceremonia que reflejó el dolor de la pérdida y la admiración hacia su servicio.
La ausencia de Ochoa Martínez se sintió en cada esquina del lugar, un vacío que solo el tiempo podrá mitigar.