El primer caso, un robo violento en una tienda de autoservicio ubicada en la zona centro de la ciudad, en las calles de Aramberri y Corona, desató una rápida respuesta policial. Las cámaras de vigilancia del C-4 jugaron un papel crucial en la investigación. Estas cámaras registraron la placa de un vehículo Nissan Altima, color negro, con placas STC-77-34, utilizado por el responsable para escapar. A pesar de la eficiencia en la captura de la información visual, la detención del responsable del robo sigue pendiente.
Horas después, en el cruce de Edison e Isaac Garza, policías de Monterrey interceptaron un vehículo coincidente con el que aparecía en las grabaciones del C-4. "El conductor, un menor de edad, fue detenido por faltas administrativas", confirmó una fuente policial. Si bien el menor no está directamente involucrado en el robo, su posesión del vehículo utilizado en el delito lo convirtió en un punto clave en la investigación. El vehículo fue asegurado y el menor trasladado a las instalaciones de la Policía de Monterrey.
Mientras tanto, en un caso completamente separado, se dio a conocer una fuerte sentencia relacionada con el robo de combustible. Jaime Enrique "C" fue sentenciado a 20 años de prisión y a pagar una multa de 1 millón 792 mil 400 pesos, además de una reparación del daño por 39 millones 181 mil pesos. Este individuo fue declarado culpable de sustraer combustible de una toma clandestina en la colonia Rinconada Colonial, en Apodaca, en agosto de 2021.
La Fiscalía General de la República (FGR) destacó la importancia de este fallo, señalando que "la pena se impuso durante una audiencia oral, sentando un precedente importante en la lucha contra el robo de hidrocarburos." La cantidad de combustible robado –1417 litros de gasolina regular– y el aseguramiento de un tractocamión con pipa, mangueras y aditamentos para la extracción ilegal, fueron pruebas cruciales en la sentencia. El juez de control determinó que el daño causado a Pemex justificaba la alta pena impuesta.
Ambos casos, a pesar de su disimilitud, ilustran la constante lucha contra la delincuencia en la ciudad de Monterrey y el impacto económico y social de los delitos, desde el robo a mano armada hasta el grave problema del robo de combustible.