En el primer incidente, una humilde morada construida con madera y cartón ardió en llamas tras ser atacada por balas. En su interior, los agentes encontraron un cuerpo calcinado. Los investigadores determinaron que el fallecido residía en la vivienda, que se ubicaba en un descampado cercano al fraccionamiento Punta Azul. Los casquillos de rifles automáticos encontrados en el lugar sugieren un ataque premeditado.
En un segundo tiroteo, una vivienda de dos plantas en la colonia 21 de Marzo, presuntamente propiedad de uno de los policías asesinados en la avenida México 68, sufrió daños en ventanas y puertas a causa de disparos de armas de fuego.
Los vecinos relataron que los atacantes, a bordo de dos vehículos, abrieron fuego contra la fachada del inmueble, que estaba desocupado desde hace más de una semana.