Asesinato en Culiacán: Mujer de 32 años muere a plena luz del día

El reporte inicial llegó como un eco distante: disparos en la colonia Francisco Villa. Detalles escasos, la urgencia de los primeros respondientes pintando un panorama nebuloso. Poco a poco, la imagen cobró forma, se definió con la fría precisión de un parte policial. Se trataba de un homicidio, una mujer asesinada a plena luz del día.
Pero más allá del reporte, hay una historia, una vida truncada. Los familiares llegaron, rostros marcados por el dolor, para identificar el cuerpo. Era Liza, de 32 años, una vecina de la colonia Díaz Ordaz. Su nombre, ahora un eco perpetuo en las calles que la vieron morir.
El escenario del crimen: la esquina de las calles Puerto Ángel y Puerto de Veracruz. Una intersección cualquiera, transformada en un punto fatal. "Un sicario, dicen, la interceptó y disparó hasta verla caer", repite un vecino en voz baja, sus palabras cargadas de incredulidad y miedo. La escena, a pesar de su crudeza, ya se disipa en la memoria colectiva de Culiacán, otra muesca en un registro que parece no tener fin.
La investigación continúa, un laberinto de pesquisas que intenta desentrañar la razón de este asesinato. Por ahora, solo quedan las preguntas sin respuesta: ¿quién?, ¿por qué?, ¿qué futuro le aguardaba a Liza? Preguntas que resonarán en la memoria de la ciudad mientras la oscuridad de la noche cubre Culiacán, ofreciendo un descanso temporal, pero no una solución.
Las autoridades trabajan para resolver el caso, mientras la comunidad intenta digerir la pérdida, buscando consuelo en un mañana incierto, rodeados por el eco de los disparos y el peso del silencio.