Muerte en clínica de belleza de Guadalajara: falla en protocolo médico

El ambiente bullicioso de la ciudad contrastó con la quietud que se apoderó de un establecimiento en la colonia Jardines Alcalde, un lugar que prometía rejuvenecimiento y belleza.
El incidente tuvo como protagonista a una mujer de aproximadamente 40 años, quien acudió a una clínica de belleza con la compañía de su esposo. La intención: someterse a un facial bioestimulador de colágeno, un procedimiento que, según la publicidad, prometía una apariencia más joven y radiante. Su esposo la esperaba pacientemente, anticipando su regreso tras un "arreglito" cosmético.
Sin embargo, el procedimiento tomó un giro fatal. Para llevarlo a cabo, la mujer requería anestesia. Aquí reside el punto crucial: las pruebas preoperatorias para determinar su aptitud para la sedación no fueron realizadas, según las primeras investigaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE). Tras la aplicación de la anestesia, la mujer sufrió un desvanecimiento, cayendo en un estado de inconsciencia del cual no se recuperaría.
El esposo, testigo impotente de la situación, fue notificado de inmediato. Se solicitó ayuda médica de urgencia; sin embargo, a pesar de los esfuerzos de los paramédicos, la vida de la mujer se extinguió. La escena, inmediatamente acordonada por la Policía Municipal en espera de los servicios periciales, se convirtió en el epicentro de una investigación.
La FGE ha abierto una investigación exhaustiva. "Se sospecha una posible alergia a los fármacos utilizados," declaró un portavoz de la fiscalía, aclarando que "la necropsia de ley determinará las causas exactas del deceso." Mientras tanto, la clínica ha sido clausurada, mientras las autoridades buscan esclarecer los hechos y determinar posibles responsabilidades.
Este trágico evento resalta la importancia de la diligencia y la rigurosidad en los protocolos de seguridad en clínicas de belleza, así como la necesidad de una exhaustiva evaluación médica previa a cualquier procedimiento que implique anestesia.