Masacre en Tomo, Culiacán: Pueblo fantasma tras ataque brutal

Las primeras luces del domingo mostraron la magnitud de la destrucción. No eran simples daños colaterales; se trataba de un ataque premeditado y brutal. Varios vehículos, reducidos a chatarra, cubrían la entrada del pueblo. Sus carrocerías, perforadas por balas y calcinadas por el fuego, testificaban la ferocidad del enfrentamiento. La imagen se repetía en las viviendas: casas incendiadas, paredes acribilladas a balazos, puertas abiertas de par en par, luces encendidas, un escenario inquietante que sugería una huida precipitada y desordenada.
Inicialmente, se reportaron varias muertes cerca del centro comunitario. Sin embargo, al llegar la mañana del lunes, la ausencia de autoridades en el lugar era aún más impactante. “Hasta el transcurso de la mañana de este lunes, autoridades todavía no acudían al lugar”, reportaron fuentes locales. La ausencia de cuerpos, solo con la presencia de manchas de sangre como único rastro visible, alimenta la especulación sobre posibles víctimas trasladadas por los propios agresores.
Las casas presentaban daños evidentes. Algunas seguían humeando, mientras otras exhibían las marcas de los impactos de bala. La escena evoca la sensación de un pueblo abandonado a su suerte, en medio de un vacío aterrador que solo las autoridades podrían llenar, o al menos, explicar.
El hecho ocurrido en Tomo, en la sindicatura de Imala, deja tras de sí un panorama de destrucción y misterio. La ausencia inicial de respuesta oficial y la retirada de posibles víctimas incrementan la incertidumbre y la preocupación entre la población.