Violencia en Culiacán: 48 horas de enfrentamientos en Tomo

La Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE), a través de su vocera Verona Hernández, confirmó la existencia de “reportes de disparos de arma de fuego” en Tomo, sindicatura de Imala, al norte de Culiacán. Estos reportes, inicialmente recibidos el viernes 14 de marzo, no fueron atendidos hasta el domingo. La demora, sin duda, genera interrogantes.
Hernández declaró en rueda de prensa que “se encontraron algunos indicios en el lugar, sin embargo, no se encontraron personas heridas ni fallecidas, ni tampoco el ingreso de alguna de ellas a algún hospital de la ciudad”. Sin embargo, esta versión oficial contrasta con los testimonios de vecinos que hablan de un saldo mucho más grave: entre 10 y 15 muertes, según sus reportes. Imágenes que circulan en redes sociales muestran vehículos calcinados y casquillos dispersos por las calles de Tomo, reforzando la gravedad de la situación.
Pero Tomo no fue el único punto conflictivo. La SSPE también reconoció un enfrentamiento en la comunidad de El Melón, ubicada entre Imala y Quilá, zonas que han visto una escalada de violencia desde el enfrentamiento entre los "Chapitos" y los "Mayos", iniciado el 9 de septiembre de 2024. Esta situación, que se ha extendido por varias semanas, coloca a estas regiones en un ambiente de alta tensión.
El fin de semana también dejó un saldo de seis domicilios baleados en diferentes colonias del oriente y sur de Culiacán, algunos con más de 100 impactos de bala. Estos ataques, ocurridos entre las 7:30 y las 18:00 horas del domingo 16, se suman a las 22 muertes registradas entre el viernes 14 y el lunes 17 de marzo en todo el estado, la mayoría en la capital.
El contraste entre la aparente tranquilidad de la vida nocturna reactivada en Culiacán y la violencia desatada en sus zonas rurales, deja un sabor amargo y la sensación de una realidad fragmentada, donde la información oficial y la realidad percibida por los ciudadanos difieren significativamente. La falta de detalles oficiales genera un vacío informativo que amplifica la incertidumbre.