México impone precios mínimos al tomate en respuesta a arancel de EE.UU.

Según documentos oficiales, las nuevas regulaciones establecen cotizaciones base que oscilan entre 0.88 y 1.7 dólares por kilo, dependiendo de la variedad. "El objetivo no es manipular el mercado, sino preservar las condiciones de competencia leal", justificaron en conjunto las secretarías de Economía y Agricultura. Sin embargo, detrás del discurso técnico subyace una realidad incómoda: Florida reactivó en julio una queja dormida por prácticas desleales, argumentando que los tomates mexicanos llegaban a precios artificialmente bajos.
Los números no mienten:
En los campos de Zacatecas y Sinaloa, los productores viven días de incertidumbre. Enrique Riveros, agricultor con décadas de experiencia, confía en que la presión de los distribuidores norteamericanos obligue a renegociar el arancel: "El consumidor final no está dispuesto a pagar casi 20% más por sus salsas o ensaladas". Mientras tanto, las primeras liquidaciones bajo el nuevo esquema apenas comienzan a llegar, dejando más preguntas que respuestas sobre el futuro de este cultivo que durante años ha sido bandera del agro mexicano.