Reyli y su monociclo por amor al show y ganas de ayudar
Con tan solo 11 años de edad, Reyli Valenzuela realiza labores de entretenimiento en los diferentes cruceros de esta frontera, actividad que aprendió de su padre y que desarrolla desde algunos meses con el objetivo de contribuir a la economía familiar
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El diario de Sonora
el 13/06/2014 12:00 AM, Sección Nogales
Última edición 03/05/2024 01:13 PM.
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Nogales
Con tan solo 11 años de edad, Reyli Valenzuela realiza labores de entretenimiento en los diferentes cruceros de esta frontera, actividad que aprendió de su padre y que desarrolla desde algunos meses con el objetivo de contribuir a la economía familiar.
Sobre un monociclo, el niño que estudia sexto grado de primaria realiza gracias” para los automovilistas que impacientes esperan su turno para avanzar en la fila que los detiene para llegar a su destino.
Siempre con una agradable sonrisa, Reyli después de su show urbano” recorre las ventanillas de los automóviles en espera de una moneda a modo de gratificación por sus hazañas circenses que práctica en la calle desde hace dos meses y que ayudan a mejorar su calidad de vida, la de sus papás y dos hermanos.
Asegura que de grande quiere ser payaso, pero también finalizar una carrera aunque aún no sabe qué le gustaría estudiar en la universidad, añade que su materia favorita son las ciencias naturales y se le dificultan la historia y las matemáticas.
Acompañado siempre por su padre, Reyli viste además de ropa en colores fluorescentes y un chaleco en forma de mantener su seguridad y estar a la vista de los automovilistas.
Comenta que su inquietud nació hace tiempo, ya que en el circo donde trabajaba su papá podía observar a personas que realizaban destrezas en el monociclo y su objetivo es aprender a utilizar los más grandes.
Respecto a lo que sus papás opinan de contribuir con la economía de su familia el pequeño comenta: dicen que está bien que aprenda y que venga con mi papá a ensayar y trabajar para sacar para los gastos de la casa, trabajamos entre semana en la mañana porque voy a la escuela en la tarde y a veces los fines de semana”.
Seguir los pasos familiares…..cabeza de descanso
Como cualquier persona consiente y razonable, creemos que la persona decide por sí mismo cuando crece qué quiere ser, cuando siguen los pasos del padre eso emociona, pero de igual forma lo que él fuera es igual”, puntualizó Gaspar Valenzuela el Payaso Agapito-Yito”, padre de Reyli ante la inquietud de su hijo de ser payaso.
Destacó que vienen de una familia circense y sus actos de malabarismo, equilibrio y comicidad se aprendieron durante su estancia en el circo Vásquez Hermanos.
Valenzuela reconoció que el área de show urbano en la calle es de riesgo para él y su hijo, por lo que opta por llevar a cabo todas las medidas de seguridad necesarias para la protección de los dos, que va desde utilizar ropa con colores llamativos.
Respecto a que su hijo trabaje haciendo malabares y contribuya económicamente al hogar el padre de familia indicó: en el nivel de nosotros es bueno apoye, pero principalmente que aprenda, de ante mano se prepara para que no haya fallas y un accidente, y en lo económico pues obvio uno no lo hace de a gratis la verdad”.
El hombre de oficio payaso señaló que para permitir a su hijo la participación en sus actividades está la condición de presentar buenas calificaciones y además contribuir con las actividades del hogar como lavar su plato o tender su cama.
Con tan solo 11 años de edad, Reyli Valenzuela realiza labores de entretenimiento en los diferentes cruceros de esta frontera, actividad que aprendió de su padre y que desarrolla desde algunos meses con el objetivo de contribuir a la economía familiar.
Sobre un monociclo, el niño que estudia sexto grado de primaria realiza gracias” para los automovilistas que impacientes esperan su turno para avanzar en la fila que los detiene para llegar a su destino.
Siempre con una agradable sonrisa, Reyli después de su show urbano” recorre las ventanillas de los automóviles en espera de una moneda a modo de gratificación por sus hazañas circenses que práctica en la calle desde hace dos meses y que ayudan a mejorar su calidad de vida, la de sus papás y dos hermanos.
Asegura que de grande quiere ser payaso, pero también finalizar una carrera aunque aún no sabe qué le gustaría estudiar en la universidad, añade que su materia favorita son las ciencias naturales y se le dificultan la historia y las matemáticas.
Acompañado siempre por su padre, Reyli viste además de ropa en colores fluorescentes y un chaleco en forma de mantener su seguridad y estar a la vista de los automovilistas.
Comenta que su inquietud nació hace tiempo, ya que en el circo donde trabajaba su papá podía observar a personas que realizaban destrezas en el monociclo y su objetivo es aprender a utilizar los más grandes.
Respecto a lo que sus papás opinan de contribuir con la economía de su familia el pequeño comenta: dicen que está bien que aprenda y que venga con mi papá a ensayar y trabajar para sacar para los gastos de la casa, trabajamos entre semana en la mañana porque voy a la escuela en la tarde y a veces los fines de semana”.
Seguir los pasos familiares…..cabeza de descanso
Como cualquier persona consiente y razonable, creemos que la persona decide por sí mismo cuando crece qué quiere ser, cuando siguen los pasos del padre eso emociona, pero de igual forma lo que él fuera es igual”, puntualizó Gaspar Valenzuela el Payaso Agapito-Yito”, padre de Reyli ante la inquietud de su hijo de ser payaso.
Destacó que vienen de una familia circense y sus actos de malabarismo, equilibrio y comicidad se aprendieron durante su estancia en el circo Vásquez Hermanos.
Valenzuela reconoció que el área de show urbano en la calle es de riesgo para él y su hijo, por lo que opta por llevar a cabo todas las medidas de seguridad necesarias para la protección de los dos, que va desde utilizar ropa con colores llamativos.
Respecto a que su hijo trabaje haciendo malabares y contribuya económicamente al hogar el padre de familia indicó: en el nivel de nosotros es bueno apoye, pero principalmente que aprenda, de ante mano se prepara para que no haya fallas y un accidente, y en lo económico pues obvio uno no lo hace de a gratis la verdad”.
El hombre de oficio payaso señaló que para permitir a su hijo la participación en sus actividades está la condición de presentar buenas calificaciones y además contribuir con las actividades del hogar como lavar su plato o tender su cama.
