Rehabilitan vivienda de mujer en apuros taxistas

Nogales, Son.

En una humilde casa de cartón y lámina Norma Silvestre Hernández, postrada en una silla de ruedas, subsiste junto a su hija y nietos.
Al final de la calle José G. Escobar, en el número 107, de la colonia Los Encinos, vive doña Norma Silvestre Hernández quien padece artritis reumatoide juvenil y está postrada en una silla de ruedas.
Su vivienda, contrasta con las del sector, pues mientras el resto son de bloque y cemento, la de ella es de madera y lámina de cartón, por lo que ha sufrido hasta lo indecible con las últimas lluvias.
El techo de su casa, en donde habita con una de sus hijas y dos de sus nietos, parece una coladera por donde se filtra el agua mojando sus escasas pertenencias.
A sus 52 años y con las manos encogidas por la enfermedad, al igual que sus piernas, no puede realizar labor alguna y se dedica a cuidar en la medida de sus posibilidades, a sus nietos mientras su hija, sale a trabajar.
Desde hace 17 años llegó a esta colonia y fincó junto con sus hijos este patrimonio. Como pudo alcanzó a levantar un par de cuartos de material pero no los terminó.
Su casa es un solo cuarto de lámina de cartón y madera, con un par de divisiones para darle forma a un cuarto con apenas lo indispensable: la cama, el ropero, una televisión.
En el otro está la cocina con apenas lo indispensable para elaborar los alimentos, mientras en la salita hay dos sillones que ya vieron pasar sus mejores años y en medio de ellos, la silla de ruedas en donde esta postrada.
Las últimas lluvias han hecho estragos en el techo de su vivienda. La madera es vieja y el cartón está muy deteriorado, por ello tiene el temor de seguir las lluvias con la misma intensidad, pueda tener mayores problemas.

Sin ayuda y sin apoyo
“Hasta el momento no he recibido nada de apoyo. Tengo años pidiendo apoyo para cambiar el techo”, dice, “la verdad me la he pasado muy mal con las últimas lluvias”.
Con las últimas lluvias quedó muy dañado el techo de su casa, al grado tal de haber tenido miedo de hasta perder la vida por la cantidad de agua y el riesgo de un corto circuito en su vivienda.
Para evitar un accidente con la electricidad, desconecta los aparatos eléctricos como protección, sin embargo el riesgo el latente de un derrumbe de la vivienda por lo maltrecho del material.
“La puerta está sin seguridad y solo la ‘atrinco’ por dentro”, expresa, “para cuidar a mis nietos que están aquí conmigo cuando se va mi hija a trabajar quien es la que corre con todos los gastos”.
Cuando estaba en posibilidades de trabajar, logró hacer unas construcciones atrás de la vivienda, pero no las terminó debido al avance progresivo de la enfermedad que la alcanzó y la postró en una silla de ruedas.
Sin pensión ni seguridad social alguna, como puede sigue adelante con sus hijos y nietos, clamando por la solidaridad de sus vecinos y de almas generosas que se acercan para apoyarlas.

Solidaridad de taxistas
El grupo de taxistas “Sonora Taxis”, dirigidos por Sergio Bórquez  Félix, al conocer la situación de doña Norma Silvestre, se organizaron y recabaron recursos para comprar lámina, madera, clavos y demás utensilios.
Desde temprana hora, un grupo de operadores de taxis están techando los cuartos para que doña Norma y sus nietos puedan contar con una vivienda más digna a la que actualmente ocupan.
El presidente de la agrupación relata que al conocer la situación de la señora se ofrecieron a brindar el apoyo una vez que lo planteó ante sus compañeros taxistas.
“Vinimos a conocer y a cerciorarnos de su situación”, expresa, “ella tiene años solicitando ayuda y nadie se la ha brindado, no creo que le hayan negado el apoyo, pero no se lo han dado y por eso está en esta situación”.
No es mucho de mano de obra y materiales para completar el techo de la vivienda, dice, porque las paredes están a la atura de la dala y solo es necesario un poco de material para terminarla.
En esta obra han invertido recursos de la agrupación, los que no son muchos, sostiene, como también la mano de obra y la dedicación de los trabajadores del volante en completar el techo de dos cuartos.
“Los compañeros se están dando a la tarea de terminarla, poniendo el techo”, agrega, “en donde sale a relucir las habilidades de los operadores, que no están haciendo la labor de taxistas, sino el trabajo que se requiere para sacar adelante esta obra”.

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