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Aseguran que Don Fausto Pillado era conocido por su caballerosidad y buen consejo.
Miles de sanluisinos pasaron por los buenos consejos del profesor Fausto Pillado Soto y de la trabajadora social Delfina Padilla Chávez, por eso la sociedad está consternada y de luto.
“Somos una familia de maestros, y por eso no queremos saber nada de buscar culpables, todo se lo dejamos a Dios y su justicia”, dice un familiar de los dos profesores sacrificados en Magdalena de Kino.
Sus cuerpos fueron arrojados a unos 20 metros de la carretera internacional. Los delincuentes orillaron su auto y los arrojaron hacia un desnivel en una curva entre Ímuris y Magdalena de Kino, una zona de apenas 20 kilómetros donde ya han desaparecido otras personas sin dejar rastro.
Don Fausto Pillado era conocido por su caballerosidad y buen consejo, siempre atento a los problemas de los demás, por eso fue un maestro de primaria reconocido, quien se jubiló como inspector de zona escolar hace ya años.
Sus hijos Jorge y Marlene le sobreviven. El dolor es mucho y nadie quiere hablar con la prensa, pues aun no saben nada, ni siquiera cómo los van a trasladar hasta San Luis.
Todo mundo se refería a don Fausto como un caballero, pues siempre que lo saludaban le decían: “cómo está caballero, gusto en verlo”.
Y doña Delfina era una dama que se dedicaba a apoyar en todo a su marido. Desde que ambos se jubilaron siguieron trabajando. Se levantaban a las 5:00 de la mañana para iniciar jornadas de venta de libros didácticos de editorial Montenegro, con sede en Guadalajara.
“A nadie nos pasaba por la mente que fueran a tener ese fin, eran gente de paz, que solamente hacían el bien a la gente”, dice el familiar.
En redes sociales las condolencias son amplias. “Maestra. Es un lamentable suceso, pido a Dios por el descanso eterno de las almas de los grandes maestros y amigos que fueron para mi sus Padres Fausto y Delfina. Mis oraciones y condolencias se unen con ustedes..”.
Ambos maestros eran reconocidos por ser personas serenas, de trabajo y amigables.
“Estaban juntando libros, como cada año, para regalar a los niños pobres, que no pueden comprarlos…pero ya no pudieron entregarlos”, comentó un familiar.