IMSS trae a Manuel de doctor en doctor y su salud empeora

Nogales.

Desde hace 5 años empezó el calvario de este padre de familia, vecino de Bellotas.
Un derechohabiente del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) pide ayuda a los medios de comunicación, pues después de casi 5 años de atenderse no existe un diagnóstico exacto, ni una solución a su padecimiento, el cual día a día deteriora su salud.
Manuel Valenzuela vive en calle Fresno Americano 14B en la colonia las Bellotas; camina con dificultad, pues un fuerte dolor en piernas, espalda, brazo y cadera impide desarrolle su vida con normalidad.
En el 2010 empezó a sentir un dolor en las piernas y después en la espalda que se volvió insoportable, y empezaron sus vueltas al IMSS para buscar el porqué de su padecimiento.
“Al principio me dieron vitaminas y para el dolor, y así transcurrieron varios meses hasta que le dije a mi doctor familiar que ya eran muchas vitaminas y que yo seguía empeorando”, expresó Valenzuela.
El doctor familiar lo envió con el internista, que le mandó hacer una radiografía y después el internista lo pasó con el trauma quien a su vez le mandó hacer una tomografía a Hermosillo y le puso una inyección.
Después de un resultado, lo mandó de nueva cuenta a hacerse el mismo estudio; la espera para la cita es de 2, 3 hasta 4 meses.
Después de varios meses de espera se realizó el estudio y el traumatólogo le informó que tenía dos hernias discales y sería enviado con el neurólogo.
El neurólogo revisó los estudios y le explicó que efectivamente tenía dos hernias discales y que no era posible operarlo, porque no se le miraban unos “discos”, los cuales probablemente había nacido sin ellos.
“Vete a trabajar, cuídate y cuando ya no puedas ni caminar vienes otra vez conmigo”, eso fue lo único que me dijo.
Cuando recibió el diagnóstico en el 2012 ya habían pasado dos años, siguió las recomendaciones del doctor, regresó a trabajar en Alcatel, maquiladora en la que laboraba en ese entonces.
Ya no podía usar zapatos de protección y tampoco cargar cosas pesadas, posteriormente dicha empresa vendió e indemnizó al personal, incluyéndolo.
Tuvo que buscar un nuevo empleo en otra maquiladora y fue difícil dada su condición y su padecimiento seguía empeorando. Consiguió empleo, pero empezó a sentir más dolor y en diferentes partes del cuerpo, por tal motivo tuvo que dejar de trabajar en la maquiladora y empezar a trabajar como guardia de seguridad, y sus vueltas al IMSS incrementaron en busca de una solución a sus padecimientos.
El internista lo enviaba con el traumatólogo, el traumatólogo con el neurólogo y lo regresaban con el doctor familiar y éste a su vez a los especialistas.
Otro problema, aunado a sus padecimientos, es el referente a las incapacidades, tiene que presentarlas para que la empresa en la que está contratado de guardia no lo despida y lo traen en vueltas para que se las expidan. Ha tenido que acudir en busca del director del lugar, esperar por largas horas y volver por días para que lo atiendan.
“Para colmo, me perdieron el expediente, esta última vez que fui con el especialista, me enseñó una carpeta vacía cuando mis citas son de ya casi cinco años; dijo habían pasado alrededor de tres días de su última cita.
Estoy desesperado, pido me ayuden, soy papá, tengo dos hijos chiquitos que requieren de mí; los medicamentos aminoran pero no quitan el dolor y es cada vez más fuerte”.
No sabe el motivo por el cuál los médicos no le dan una respuesta y una solución a sus padecimientos; manifestó sentirse cansado y desesperado. Ya no puede jugar con sus hijos, su vida se vuelve cada vez más difícil, los ingresos en su casa son pocos y los gastos mayores.
‘Mi esposa es la que trabaja y yo le ayudo en lo que puedo, yo solo quiero que me operen si es necesario, quiero tener una vida, ver y disfrutar de mi familia, quiero que los médicos del IMSS me den una respuesta y me ayuden a curarme”.

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