Día del Médico: ‘Somos médicos, no dioses ni criminales’

Nogales.

El médico cirujano Jesús Fernando Duarte celebra orgulloso su profesión, hoy en su día.
Hoy en el día del medico, Jesús Fernando Duarte celebra orgullosamente esta fecha y su profesión.
Hace 22 años se recibió como cirujano plástico y desde entonces porta con orgullo su bata blanca que lo distingue como médico, pero lo más gratificante de su carrera es el salvar vidas y devolver la salud.
Desde su infancia siempre quiso ser médico y tuvo la suerte de formarse en la Universidad Autónoma de México, y posteriormente realizar una especialidad en cirugía.
Señala que en su decisión muy probablemente influyó la familia o las personas con las que convivía.
El especialista comenta que la medicina es una carrera muy humanista, difícil por la cantidad de años de estudio, pero muy gratificante al ayudar y aplicar todo lo que se aprendió en bien de la comunidad.
“Un médico se compromete con el paciente sin importar que se trate en una institución pública o privada, y sacrifica aspectos personales de la vida.
Éstas son unas de las enseñanzas, no es fácil irse y dejar a alguien que se está atendiendo, pese que hay muchos compañeros capacitados se les inculca el compromiso con una persona, se trata hasta que se da de alta”, dijo el galeno.
Explica que hay procedimientos sencillos en su profesión como médico cirujano y otras no tanto, purd practica operaciones de la apéndice, vesícula, así como también atiende heridos de arma de fuego y arma blanca, y todos los casos tienen complicaciones.
La labor es complicada cuando llegan pacientes traumatizados y no hay la posibilidad de realizar tantos estudios para llegar a un diagnóstico preciso, es en esos momentos cuando se tiene que abordar al paciente y en el transcurso de la cirugía se ven realmente los problemas y cómo hay que resolverlos, explica Duarte.
“Son difíciles los casos de trauma, los casos en los que a veces no se puede  hacer mayor cosa. Entra con el paciente a quirófano, se hace la intervención, abrimos y vemos que el problema es tan severo que no podemos hacer nada y no nos queda más que volver a cerrar porque no hay manera de ayudarlo”, comenta.
Destaca que el médico se convierte en la esperanza del paciente, en este aspecto la responsabilidad es muy grande pues se tiene la vida de alguien en las manos; pero la gracia de Dios es inmensa y aunque a veces uno no sepa ni lo que va a pasar se aborda la situación y se encuentran las soluciones.
Califica a los compañeros que participan en una operación, como los anestesiólogos,  como ayudantes imprescindibles; ‘los familiares depositan la confianza en cada uno de quienes intervienen’.
“Nosotros somos un instrumento de Dios para ayudar a la gente”, agrega.
Después de tantos años, dijo, ha sido testigo de muchos casos en los que ha realizado una intervención quirúrgica con muchas dificultades y pocas esperanzas de vida y milagrosamente pasan los días y el paciente se recupera.
“Eso sí impresiona mucho, ver su recuperación y cómo sale adelante”.
En este Día del Médico los felicita a todos sus colegas, a quienes respeta, porque todos son un equipo que trabaja con mucho esfuerzo y dedicación con un solo fin, el de buscar la salud de lo ciudadanos.
Portar la bata blanca es un orgullo, está orgulloso de trabajar en el Hospital General, de usar una vestimenta de muchos años con la que se muestra el respeto al paciente y le gustaría que las personas reconocieran la labor.
‘Somos médicos, no somos dioses ni criminales”; muchas veces el paciente llega en tales condiciones que es muy difícil ayudarlo y los familiares y medios juzgan su actuar, pero hay muchas cosas que sobrepasan la medicina y la mayoría le ponemos el corazón y empeño en cada caso, en cada paciente para salvar su vida y conservar su salud’, finalizó.

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