Temen por sus familias

¿Hasta dónde se debe respetar la propiedad privada cuando hay una responsabilidad por el bienestar de terceros?Daños a propiedad, robos y miedo a ser víctimas en su persona sufren desde hace años vecinos de edificaciones abandonadas y tienen que lidiar con este problema social diariamente

Temen por sus familias
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Nogales

¿Hasta dónde se debe respetar la propiedad privada cuando hay una responsabilidad por el bienestar de terceros?


Daños a propiedad, robos y miedo a ser víctimas en su persona sufren desde hace años vecinos de edificaciones abandonadas y tienen que lidiar con este problema social diariamente.


La mayoría de estos espacios se encuentran vandalizados, destruidos y son un problema de inseguridad para los residentes contiguos a éstos, pues son empleados como casas de seguridad o refugio para delincuentes.


Personas sin vida, estudiantes consumiendo drogas y torturas son parte de las situaciones que enfrentan residentes de algunos sectores de esta frontera, mientras que por parte de las autoridades poco han hecho y pueden hacer debido a que los inmuebles abandonados son propiedad privada.


La vivienda número 1349 de las calles Montaño y Ruiz Cortines en la colonia Altamira es desde hace más de una década un ‘picadero’, en la que se han ubicado varias personas muertas por sobredosis o por agresiones, la última que se registró fue el pasado 21 de noviembre del 2017.


Esta propiedad ha sido escenario de macabros hallazgos, así como de arrestos y persecuciones de personas que entran al sitio a drogarse, y pese a todo ello, sigue ahí como refugio para la delincuencia.


En esta vivienda y otros edificios abandonados de la zona, como los antiguos dormitorios de la calle Ruiz Cortines, también hay cabida para estudiantes, quienes acuden para drogarse, y son los propios vecinos quienes dan fe de su reiterada presencia en el lugar.


Lo más alarmante es que todos los días por la mañana un grupo de jóvenes estudiantes, la mayoría con uniformes escolares, suben al inmueble y se drogan en el lugar, algunos bajan en cuestión de minutos, otros se queda por más tiempo.


Casi siempre desde las 7:00 de la mañana hasta las 09:00 hay menores en el lugar, posteriormente la circulación es de personas mayores, en su mayoría personas adictas que se dedican a lavar carros en los negocios ubicados en la avenida Obregón”, señalan vecinos.


En respuesta a estos señalamientos, el director de Planeación del gobierno de la ciudad, Samuel Arroyo Lozano, señaló que las acciones relacionadas con las viviendas abandonadas no es un tema sencillo.


No es un tema fácil, porque en determinado momento se atenta contra la propiedad privada, aunque se debe atender el reglamento que indica que toda propiedad, debe estar en buen estado y no ser riesgo a terceros”.


En un primera parte de un censo que realiza el Ayuntamiento se detectó un significativo número de viviendas abandonadas en las colonias Héroes, Buenos Aries, Reforma, Obrera y Altamira.


Vivimos con miedo: vecinos

Vivimos día con día con miedo, con temor y terror, ante un sinfín de situaciones que hemos padecido y seguimos sufriendo.


Escuchar torturas, abusos sexuales, incendios provocados y la localización de cadáveres se ha convertido en nuestro pan de cada día, además de ver con tristeza cómo jóvenes estudiantes llegan a este lugar a diario para drogarse.


En más de diez años nuestras peticiones al gobierno iban en torno a la petición de seguridad, con recorridos de vigilancia, alumbrado público, escalinatas, etcétera, pero la delincuencia ha cambiado y ahora quedamos en el centro de una zona de alto peligro”, señalan vecinos de edificaciones abandonadas de la colonia Altamira.


Los entrevistados refieren que, debido a las limitadas acciones por parte de las autoridades, ante los problemas que causan las edificaciones abandonas, piden a los propietarios de estos inmuebles que sean ellos quienes tomen la iniciativa y hagan algo al respecto.


Vivimos cansados y asustados, sin ningún resultado positivo a nuestras necesidades después de tantos intentos con los diferentes gobiernos que han abanderado esta frontera.


Por tal motivo no nos queda más que apelar a la buena voluntad de los dueños de estas propiedades que por algún motivo las dejaron en abandono, para que por humanidad se compadezcan de los que hoy vivimos en los alrededores y hagan algo al respecto”, comentan.


Varias madres de familia coincidieron en señalar que viven con el temor de encontrar a sujetos desconocidos dentro de su propiedad, pues en varias ocasiones han entrado a robar.


Pero el temor más grande es que alguno de estos drogadictos les haga daño a sus hijos, mencionan que los más jóvenes temen salir solos a jugar, incluso en sus propios patios.


Mientras que los padres de familia aseguran que salen a trabajar con el temor de dejar solos a sus hijos y esposas debido a todas las malas experiencias que han pasado y a las que nadie se acostumbra.


Acciones y ¿resultados?


Autoridades municipales poco han hecho para resolver los problemas que generan las edificaciones abandonadas, dado que no pueden disponer de los espacios, ni tampoco entrar a ellos y sacar a las personas que ahí pernoctan, por ser propiedad privada.


Por parte de Seguridad Pública, solo se limitan a implementar rondines por los lugares, pero el problema persiste.


El pasado 10 de diciembre, el director de Ingresos del gobierno de la ciudad, Luis Gerardo Olivas, señaló que, debido al nulo movimiento en las claves catastrales de 50 viviendas y con altos adeudos del impuesto predial, se inició el procedimiento de embargo por corresponder a casas abandonadas.


Según explicaba, este proceso puede llevar de tres a seis meses en completarlo, y de no haber respuesta positiva por parte de los propietarios, el inmueble se embargaría y remataría.


Esto podría ser una solución a los problemas de inseguridad que viven los vecinos de los inmuebles abandonados, pero hasta este momento no hay ningún resultado tangible.


¿Hasta dónde se debe respetar la propiedad privada cuando se pone en riesgo a terceros? ¿Qué tiene que suceder para que se tome una decisión contundente? ¿Los propietarios de las viviendas abandonadas hasta dónde son responsables de lo que sucede en sus instalaciones? ¿Basta una multa a éstos, que en su mayoría no han sido localizados?


Mientras estas preguntas encuentran una respuesta, y se establecen acciones entre autoridades y propietarios, son los vecinos quienes tienen que vivir con el temor de ser víctimas de la delincuencia que habita junto a ellos.

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