Cd. Obregón
El paciente tiene muchas probabilidades de recuperar sus funciones.
Francisco Chávez Rodríguez se disponía a cortar un trozo de madera con una sierra eléctrica. Al hacer contacto con el material, el disco de la máquina salió hacia su cuerpo, y sólo por inercia movió su mano con el fin de protegerse. Cuando se vio cubierto de sangre pensó que había sufrido una herida en el estómago y no fue hasta que quiso encontrarla cuando notó que no tenía una parte de su mano derecha.
Francisco reside en Mazatlán, Sinaloa, lugar donde ocurrió el accidente y donde fue llevado por sus compañeros para recibir atención en una unidad del Instituto Mexicano del Seguro Social. Por fortuna, sus compañeros llevaban la parte amputada, y en cuanto los médicos sinaloenses comenzaron a brindarle atención, decidieron enviarlo a Sonora para buscar salvar las funciones de la mano, que había sido cortada desde la parte superior de la palma, y horas después fue reimplantada con éxito en la Unidad Médica de Alta Especialidad del IMSS, en Ciudad Obregón.
“Afortunadamente todo se realizó de una manera adecuada, técnicamente hicimos lo que se hace en estos casos, pegar huesos, tendones, arterias, venas, en una cirugía de aproximadamente nueve horas”, explicó el cirujano, Arturo López Mata.
Desde que ocurrió el accidente hasta que llegó el paciente a Ciudad Obregón transcurrieron 12 horas, situación que hacía más complicada la cirugía, pero que los médicos pudieron resolver y lograr de manera exitosa el reimplante.
“Estoy sumamente agradecido con los médicos del IMSS de Ciudad Obregón, porque, gracias a los médicos, enfermeras y todo el personal, después de horas que duró la peligrosa cirugía, vuelvo a ver mi mano prácticamente restablecida, claro, ya no la veré como antes, pero, al ver completo mi brazo, me da mucha alegría y agradecimiento a dios y al Seguro Social”, expresó el sinaloense de 40 años.
López Mata, jefe del equipo del IMSS que encabezó el exitoso procedimiento, explicó que este tipo de intervenciones quirúrgicas por su naturaleza son muy complejas, pero que gracias al equipo se logró el éxito. Junto con él participaron varios cirujanos plásticos.
“El proceso de rehabilitación es largo y se ocupa la constancia del paciente en las terapias para que pueda recuperar sensibilidad y que los nervios trabajen de manera adecuada, pero se requieren meses de rehabilitación para que se note la mejoría, pero sí hay buena probabilidad de que recupere funciones, pues están reconectados los tendones para el movimiento”, agregó el cirujano Aneudi Rendón Moreno.