Dicen adiós a José “El Loco” Valenzuela en Caborca

Caborca.

El acto ceremonioso se realizó alrededor de las cinco de la tarde en una misa ofrecida afuera del templo.
En medio de un bellísimo atardecer, incluso con un clima benévolo, digno de una partida terrenal al plano celestial, y teniendo como inmejorable marco la explanada del Templo de Nuestra Señora de la Purísima Concepción (Templo Histórico de Pueblo Viejo), ayer por la tarde se ofició la misa de cuerpo presente a José Jesús “El Loco” Valenzuela Luna, uno de los más grandes personajes que ha parido el municipio de Caborca, quien falleció repentinamente de una afección cardiaca, el pasado martes por la noche.
El acto ceremonioso se realizó alrededor de las cinco de la tarde en una misa ofrecida por su gran amigo “El Padre Güero”, Joaquín Emilio Ferrer Bauza, afuera del templo en la explanada, anticipando la gran cantidad de visitantes que paulatinamente fueron arribando al histórico lugar, escenario de la Gesta Heroica y que “El Loco” Valenzuela tal vez no permitiría que se le oficiara en el interior, por su espíritu rebelde y amor por la libertad y la naturaleza, como lo prodigaba y ejemplicaba en su trato con los animalitos y sus repentinas excursiones solitarias al monte, “pero llenas de libertad y relajación” para estar en contacto directo con la naturaleza, decía.
Al arribar el cortejo fúnebre a la explanada y bajar el cuerpo de Valenzuela Luna de la carroza, la Sinfónica Juvenil que dirige el maestro Abel Castaño, y el coro infantil del colegio Dom Bosco, del profesor Adolfo Córdova, se alternaron con hermosísimas interpretaciones, entre ellas ‘Solamente una vez’, ‘Ojos Verdes’ y ‘María Elena’, las cuales arrancaron algunas lágrimas y sollozos de familiares y amigos, quienes saben que esas melodías eran tan solo algunas de sus preferidas.
Después de la misa, el cuerpo de quien fuera hasta el último día de su vida Cronista Municipal de Caborca, fue trasladado a una funeraria de la localidad donde sus restos fueron cremados y en espera, como era su voluntad, que sus cenizas sean esparcidas en los lugares que más amaba: El Nazareno, El Cerro Cañedo y La Antimonia, que eran principalmente a donde hacía sus excursiones porque eran parte de su ser y sentir.
Sin duda, ahorita “El Loco” Valenzuela ha de tener embelesadas a otras almas etéreas con las pláticas de sus andanzas, ocurrencias o ‘puntadas’ que hacían de él un conversador nato, chispeante y natural dicharachero, ahhh pero eso sí, con mucha sabiduría y conocimiento de la vida; y sobre todo de la historia de Caborca y la región, como ningún otro. Ahora ya no está aquí y Descansa en Paz.

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