Nogales, Az
El cardenal Sean O’Malley encabeza homilía donde pide además se apruebe la reforma migratoria.
Liderados por el cardenal Sean O’Malley de Boston, miembros del Comité de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) viajaron a la frontera para celebrar una misa para recordar a los migrantes que han perdido la vida en su intento por llegar a Estados Unidos.
Cientos de personas, entre ellas niños y activistas de ambos lados de la frontera, ayer por la mañana acudieron a un costado de la avenida Morley, para ser parte de este evento denominado ‘Misión por los migrantes’, el cual consistió además de la misa en la colocación de una ofrenda floral y un recorrido por la frontera.
Este recorrido fue inspirado en el viaje del Papa Francisco a Lampedusa Italia, el año pasado para orar por los migrantes que han perdido la vida intentando llegar a Europa en pequeñas embarcaciones.
El obispo de Seatlle y presidente del comité de Migración de USCCB, Eusebio Elizondo dijo a los presentes: ‘Como asunto moral, nuestra nación no puede seguir empleando un sistema de inmigración que divide a las familias y niega acceso a protecciones legales básicas para nuestros hermanos.’
Indicó que para ellos era importante venir a la frontera de Arizona ya que históricamente es un lugar geográfico donde han muerto miles de personas, la mayoría nunca llegan a ser identificados, por lo que sus familias nunca saben lo que pasó con ellos.
“Por desgracia esto se complica con los riesgos que enfrentan como son no solo el clima del desierto, sino también el narcotráfico y organizaciones criminales que operan en esta región”, detalló.
En su opinión, Arizona también tiene un significado debido a la política antiinmigrante que se vive en ella.
Refirió que mientras el Senado aprobó una reforma migratoria integral el año pasado, la Cámara ha rechazado considerar la medida o aprobar su propia versión de la reforma, es por ello que los miembros de la delegación han hecho un llamado al Congreso, específicamente a la Cámara de representantes, para que tomen acción rápida para arreglar el sistema migratorio.
“Nuestros funcionarios electos son enviados a Washington D.C a tomar decisiones y liderar nuestro país hacia el futuro. Ellos no deben retrasar más la acción en este tema puesto que tienen el apoyo de una gran mayoría del pueblo estadounidense” dijo por su parte el Obispo John Wester de Salt Lake City y miembro del comité.
“El sistema está roto y está causando semejante sufrimiento y un terrible desperdicio de recursos humanos y materiales”, lamentó O’Malley durante la misa celebrada en el muro, y desde donde recordó alrededor de 400 cadáveres de personas que trataban de llegar a Estados Unidos y que encuentran cada año a lo largo del desierto.
La frontera está llena de tumbas sin nombre, estamos aquí para decirles que no los olvidamos, son nuestros vecinos, nuestros hermanos y hermanas” aseguró el religioso, quien oró en una homilía celebrada en inglés y español y que terminó con una ofrenda floral en honor de los muertos de la frontera.
La iglesia católica de Estados Unidos lleva tiempo implicada en los llamamientos al Congreso para que actúe de una vez en materia de reforma migratoria, propuesta que languidece en la cámara baja, donde la mayoría republicana ha bloqueado hasta la fecha cualquier intento de llevar a votación un proyecto de ley .
Los obispos también han hecho un llamado a la administración del presidente Obama a limitar las deportaciones de inmigrantes que “no presentan una amenaza para la comunidad” que tienen familiares viviendo en Estados Unidos y que se beneficiarían de un programa de legalización.
El 26 marzo, el Obispo Elizondo envío una carta a Jeh Jhonson, Secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), recomendando los pasos que podría tomar para limitar las deportaciones, incluyendo la expansión de discreciones fiscales en los procesos y la eliminación de programas federales, estatales y locales.
En la ceremonia estuvo presente un pequeñito de escasos tres años, quien pidió por su papá quien sería deportado a México alrededor de las 10 de la mañana, como su familia muchas más son separadas.
Según los datos del Departamento de Seguridad Nacional, en los últimos ocho años, el presupuesto para protección fronteriza y aduanas se ha incrementado un 94% hasta los 12 millones de dólares, al tiempo que el número de agentes en la frontera se ha triplicado en los últimos veinte años hasta más de 21.000.
En los últimos cinco años, cerca de dos millones de personas han sido deportadas, una media de 400 mil al año. De ellos, unos 100 mil forman parte de familias con al menos un ciudadano estadounidense, muy probablemente, un niño.