Washington, DC
Un informe de agentes de la Border Patrol reveló este incidente ocurrido el mes de enero.
Dos soldados mexicanos, fuertemente armados y con camuflaje, cruzaron la frontera e incursionaron 50 yardas (45.7 metros) dentro de Arizona el mes pasado, donde sacaron sus pistolas y participaron en una confrontación tipo duelo con agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, según lo estipulan documentos obtenidos por el Times/Tribune Washington Bureau.
Los oficiales estadounidenses dijeron que esta fue una de casi dos docenas de incursiones por parte de soldados mexicanos en el sur de Arizona en los últimos cuatro años.
La confrontación del pasado 26 de enero, descrita en un reporte de incursión militar extranjera de la Patrulla Fronteriza y confirmada en una carta del comisionado de las Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), R. Gil Kerlikowske, terminó una vez que los soldados mexicanos emprendieran la retirada de vuelta a México cuando los agentes estadounidenses –quienes también sacaron sus armas– pidieron refuerzos. Los soldados, quienes no se identificaron propiamente ante los agentes fronterizos, aseveraron que estaban al acecho de narcotraficantes, según lo mostraron los documentos.
Los oficiales estadounidenses caracterizaron el incidente como una de las más serias incursiones en años recientes. Aunque no se llegó a los disparos, la confrontación, que duró unos 35 minutos, puso énfasis en la continua fricción entre Estados Unidos y México en el sentido de tener que patrullar la muchas veces caótica y violenta frontera del suroeste. También hizo que algunos oficiales estadounidenses se cuestionaran si en verdad los soldados mexicanos estaban persiguiendo narcotraficantes, tal como ellos lo aseveraron, o estaban protegiendo a los cárteles que utilizan las rutas de la zona para traficar drogas y cruzarlas por Arizona.
Funcionarios en la embajada mexicana en Washington –tal como lo han hecho por las últimas dos semanas– negaron que los soldados mexicanos hayan estado involucrados, sugiriendo que los hombres eran narcotraficantes en uniformes militares. Pero cuando se les presentó la confirmación de parte de Estados Unidos en torno al incidente, la embajada, posteriormente, llamó a un reportero del Times/Tribune y confirmó que los hombres eran soldados.