Trevor Gordon nunca pensó que volvería a sonreír. A los 17 años, su vida cambió por completo cuando probó una pastilla para el dolor. Lo que comenzó como una curiosidad se convirtió en una adicción que lo consumió durante años. Su sonrisa, como la de muchas personas que luchan contra la adicción, se deterioró con el tiempo, reflejando la oscuridad que lo envolvía.
Sin embargo, la historia de Trevor tomó un giro inesperado cuando encontró un rayo de esperanza en la 'John Volken Academy (JVA)', una academia residencial que ofrece tratamiento a largo plazo para la adicción. En este lugar, Trevor descubrió una nueva forma de vida, trabajando con caballos, aprendiendo oficios y completando su educación.
Me siento tan bien al no tener que buscar 20 dólares para sentirme bien. Ya no me siento mal por la droga, así que la vida es bastante buena" confesó TrevorLa sonrisa de Trevor, símbolo de su pasado, se convirtió en un objetivo para Smiles Outreach, una organización sin fines de lucro creada por el Dr. Sam Bollwinkel, quien se propuso ayudar a personas como Trevor a recuperar su autoestima.
El Dr. Bollwinkel explicó que al salir del programa de la JVA, los participantes tienen un nuevo comienzo. Su organización colabora con la JVA para ofrecer atención dental de alta calidad a los estudiantes.
El Dr. Bollwinkel reconstruyó por completo la sonrisa de Trevor en solo un día, devolviéndole la posibilidad de sonreír con orgullo: "Me sentí muy bien, pero lo mejor fue que pude hacer una videollamada con mi madre. Ella lloró de alegría, en lugar de las típicas llamadas de 'Oh, no, está en la cárcel de nuevo'. Verla llorar por algo bueno fue increíble. Ya no tengo que recordar esas cosas todos los días", dijo Trevor sonriendo.
Trevor todavía tiene unos meses más en la JVA, pero ya está listo para disfrutar la vida, devolver lo que ha recibido, mantenerse fuerte y reconectarse con su familia y amigos.