Aroldis Chapman hace historia con cuatro ponches en una entrada con los Medias Rojas

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El béisbol moderno exige más que velocidad; requiere inteligencia, adaptación y ese toque de veteranía que solo los grandes logran pulir con los años. En el caso de Aroldis Chapman, la evolución ha sido tan fascinante como letal

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René Cardenas el 07/09/2025 08:35 PM.
En Deportes y editada el 07/09/2025 08:36 PM.

Lo que comenzó como un cañón humano capaz de superar las 105 mph ahora se ha transformado en un arsenal calculado, donde cada lanzamiento parece diseñado para humillar a los bateadores.

Este domingo, el cerrador de los Medias Rojas de Boston no solo aseguró la victoria 7-4 sobre los Diamondbacks, sino que escribió su nombre en los libros de historia con una hazaña que pocos relevistas consiguen: cuatro ponches en una sola entrada. "Esto es especial", admitió Alex Cora, manager del equipo, quien celebró su victoria 600 en las mayores. "Hacerlo a esta edad, con los ajustes que hoy hacen los bateadores, es increíble".

Detrás del mito del "Misil Cubano" hay datos que asombran:

Posee 8 de los 9 lanzamientos más rápidos registrados en la MLB, incluyendo un fastball de 105.8 mph en 2010 (récord vigente).
Acaba de firmar una extensión por $13.3 millones para 2026 tras ser elegido a su octavo Juego de Estrellas.
Desde julio, su efectividad ronda lo absurdo: bateadores conectan apenas .112 contra su slider.

El domingo, Chapman cerró con un guiño al destino. Tras ponchar a tres bateadores, un wild pitch le permitió añadir un cuarto víctima: Jordan Lawlar, quien cayó ante un splitter que se hundió como piedra. Así, el cubano igualó a Steven Matz como los únicos lanzadores con cuatro ponches en una entrada esta temporada. "Solo busco tres outs... si llega otro, bienvenido", comentó con la modestia de quien sabe que su brazo sigue siendo noticia.

Lo que hace único a Chapman en 2024 no es solo su velocidad residual (aún toca 101 mph), sino cómo ha aprendido a engatusar a los rivales. Sus sliders ahora muerden hacia las rodillas de los diestros, mientras que su splitter parece desaparecer del strike zone. Los Diamondbacks fueron solo el último equipo en comprobarlo: ante él, incluso los swings más agresivos terminan cortando aire.