¡Aguas con el uranio! Un grupo de activistas y líderes tribales se plantaron el sábado pasado frente a una mina de uranio cerca del Gran Cañón, Arizona, gritando: ¡basta ya!
La protesta organizada por el Center for Biological Diversity reunió a unas 250 personas, incluidas miembros de las tribus Havasupai y Lakota, en oposición al proyecto de la mina Pinyon Plain de Energy Fuels. Sandy Bahr, directora del capítulo del Gran Cañón del Sierra Club, pidió el cierre de la mina y solicitó el apoyo del gobernador y del gobierno de Biden para lograrlo.
La tribu Havasupai ha expresado su preocupación por años sobre el impacto potencial de la minería de uranio en el agua subterránea y la tierra sagrada. Los líderes Navajo también se han pronunciado recientemente en contra de la empresa, exigiendo que no transporte el uranio por las carreteras tribales que rodean el sitio.
Actualmente, Energy Fuels no está transportando uranio a través de tierras navajas mientras continúan las negociaciones. El fiscal general de Arizona también ha pedido un nuevo estudio ambiental para evaluar el impacto de la extracción de uranio en la zona: "El estudio anterior es viejo y no tomó en cuenta la nueva ciencia que claramente demuestra que existe una amenaza real para el agua subterránea del Gran Cañón, sus manantiales y arroyos", dijo Taylor McKinnon, director del suroeste para el Center for Biological Diversity.
Energy Fuels asegura que la mina tiene un bajo impacto en el área y que no hay riesgo para el agua subterránea. Curtis Moore, vocero de la empresa, emitió un comunicado el viernes sobre las negociaciones en curso: "Hemos tenido discusiones productivas con la Nación Navajo y creemos que las partes podrán llegar a un acuerdo razonable que garantice la gestión coordinada de emergencias y la protección de la salud pública y la seguridad en todo momento, asuntos que son de suma importancia tanto para la Nación Navajo como para Energy Fuels".
El conflicto entre el desarrollo económico y la protección ambiental es un tema candente en Arizona. Mientras tanto, la batalla por el uranio continúa, dejando en el aire la pregunta: ¿quién ganará la partida?