Muere Miguel Ángel Russo, leyenda de Boca Juniors, a los 69 años

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El mundo del fútbol amaneció con una noticia que sacudió a Argentina y reverberó en toda Latinoamérica. Un silencio incómodo se apoderó de La Bombonera, donde apenas hace semanas se escuchaban los gritos de aliento hacia un hombre que llevaba el club en la sangre

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René Cardenas el 08/10/2025 04:16 PM.
En Deportes y editada el 08/10/2025 04:37 PM.

Los rumores sobre su salud habían circulado discretamente, pero nada preparó a la afición para lo inevitable.

Miguel Ángel Russo, técnico emblemático de Boca Juniors y figura clave en la historia del fútbol argentino, falleció este miércoles a los 69 años. El club confirmó la noticia con un comunicado cargado de emotividad: "Miguel deja una huella imborrable en nuestra institución y será siempre un ejemplo de alegría, calidez y esfuerzo". La despedida no fue solo de Boca; Estudiantes de La Plata, su alma máter como jugador, lo llamó "hijo pródigo y gloria futbolística".

Detrás del técnico exitoso —campeón de la Libertadores 2007 y figura en clubes de seis países— había una batalla silenciosa. Russo había sido diagnosticado con cáncer de próstata en 2017 durante su etapa en Millonarios de Colombia. Aunque declaró haberlo superado, este año la enfermedad regresó con crudeza:

En junio asumió su tercera etapa en Boca a sabiendas del pronóstico.
En septiembre dejó el banquillo por complicaciones médicas.
Sus últimos días los pasó en casa, rodeado de familiares.

La paradoja define su legado: el mismo técnico que levantó la Copa en Porto Alegre frente a Gremio también sufrió la goleada histórica ante el Milan. El fútbol, como él mismo admitió, no perdona. En una entrevista reveladora con Clarín en 2017, Russo desnudó la crudeza de su profesión: "Un día sos Dios y otro día no sos nada".

Su carrera fue un mapa del fútbol sudamericano:

5 países: Argentina, Chile, México, Colombia y Perú.
3 de los 5 grandes argentinos: Boca, San Lorenzo y Racing.
Inolvidable en Rosario Central, donde nunca perdió un clásico.

Hasta su eterno rival, River Plate, rompió protocolos para honrarlo. La AFA, la CONMEBOL y clubes de tres continentes inundaron las redes con mensajes. Pero quizás el más revelador vino de aquella entrevista en Infobae, donde Russo reflexionó sobre su enfermedad: "Ningún caso es igual... todos los cuerpos humanos son distintos". Una frase que hoy resuena con amarga premonición.

El técnico que soñó con dirigir a Argentina se despidió en el club de sus amores. Su último partido fue el 21 de septiembre en La Bombonera, ese estadio que ahora guarda luto por quien supo ser mucho más que un estratega.