Era la madrugada del 24 de agosto, cuando un llamado al 911 rompió la quietud de las calles en Mesa, Arizona. Un hombre, aparentemente convulsionando, necesitaba ayuda médica. El personal de bomberos y policía acudió velozmente a la escena, cerca de Mesa Drive y Leseur, para brindar asistencia. Sin embargo, la atención se desplazó rápidamente de la atención médica a la investigación criminal.
La aparente convulsión resultó ser una herida de bala, y a pesar de los esfuerzos por salvarle la vida, el hombre murió en el lugar.
El velo de la investigación se posó sobre el vecindario. Las autoridades comenzaron a reconstruir los eventos de la madrugada. Un testigo clave proporcionó una descripción detallada del individuo que había huido de la escena. A partir de esa información, los agentes localizaron a Antonio Márquez-Mora, de 39 años, en un estacionamiento cercano.
Durante el interrogatorio, Márquez-Mora admitió haber disparado, aceptando que se trató de un accidente. La versión de los hechos quedó en manos de las autoridades, quienes presentaron cargos de asesinato en segundo grado en contra de Márquez-Mora.
El nombre de la víctima, cuyos familiares aún no han sido notificados, permanece en reserva. La investigación se encuentra en curso, mientras la sombra de la tragedia se cierne sobre la tranquila madrugada en que se desató una historia de violencia.