La vida de Waylon, un bebé de tan solo 10 meses, dio un giro inesperado que lo dejó luchando por su vida. Un mes y medio pasó en el hospital, en un estado crítico, luchando por recuperarse de las graves lesiones que sufrió. La familia de Waylon, destrozada por la situación, se aferra a la esperanza de que el pequeño pueda volver a tener una vida normal.
La tragedia ocurrió en septiembre, cuando la madre de Waylon, Bessie McCamish, dejó al bebé en un saltador para bebés y se dirigió al baño. En ese momento, Jordan Boggess, el novio de Bessie, decidió "jugar" con Waylon, levantándolo en el aire y arrojándolo. El problema fue que, en el segundo lanzamiento, Boggess no logró atrapar al bebé. En un acto de desesperación, Boggess, según sus propias declaraciones a las autoridades, "abrazó con fuerza" a Waylon hasta que dejó de llorar.
Las consecuencias de este "abrazo" fueron devastadoras. "Básicamente, le quitó la vida a mi hijo. Le quitó el futuro a mi hijo", dijo Tyler Burbridge, el padre de Waylon, con el corazón roto. La familia de Waylon enfrenta ahora una realidad desalentadora. "Hasta ahora, que sepamos, no puede ver, no puede sentarse y apenas puede levantar la cabeza. Tendrá que hacer mucha fisioterapia", explicó Burbridge.
Mientras Waylon lucha por su recuperación, Boggess enfrenta cargos por abuso infantil y tendrá que comparecer ante el tribunal el próximo mes. La familia de Waylon se centra en la recuperación del pequeño, esperando que pueda recuperar parte de la vida que le fue arrebatada por un acto de violencia sin sentido.