Este año, la espera por los resultados se alargaría un poco más de lo habitual, ya que, según Stephen Richer, Recorder del Condado de Maricopa, el conteo total tomaría entre 10 y 14 días. En el interior del MCTEC, equipos bipartidistas de republicanos, demócratas e independientes trabajaban sin descanso, con alrededor de 100 personas laborando a todas horas. El proceso consistía en abrir cada sobre que contenía la boleta, verificar que estuviera intacta y que ambas páginas estuvieran presentes.
Hasta el lunes por la tarde, se habían verificado las firmas de 1.4 millones de paquetes de boletas, de un total de casi 2.6 millones de votantes registrados en el condado. Las primeras cifras oficiales se esperaban a las 8 pm, y se esperaba que incluyeran entre el 70 y el 75% de las boletas anticipadas, dejando el resto de los resultados, incluidos los votos emitidos en persona, para los días siguientes.
La demora en el conteo se atribuía, en parte, a las boletas anticipadas "tardías", es decir, las boletas enviadas por correo que se entregaban en persona el día de la elección o justo antes. El conteo de estas boletas, así como la gran cantidad de votos anticipados en general, harían que el proceso se prolongara, y posiblemente, los resultados finales no reflejaran las tendencias que se observaran en la primera noche. Las elecciones en Arizona se habían vuelto muy reñidas, con la participación de muchos votantes y un panorama político que ya no se inclinaba tan claramente hacia un partido.