La ambiciosa misión, que se propuso en 2021 con la llegada del rover Perseverance a Marte, tenía como objetivo traer de vuelta a la Tierra las valiosas muestras de suelo, rocas y atmósfera marcianas para su análisis. El objetivo principal era desentrañar los misterios de las condiciones en Marte hace miles de millones de años, e incluso averiguar si alguna vez albergó vida.
Sin embargo, el plan original, que requería tres naves espaciales y una compleja secuencia de operaciones, ha resultado ser demasiado ambicioso y costoso. El presupuesto inicial de $7 mil millones se ha disparado a $11 mil millones, superando incluso el costo del telescopio espacial James Webb. Estas dificultades han obligado a la NASA a reconsiderar su enfoque y buscar soluciones alternativas.
En un intento de superar estos obstáculos, la NASA solicitó propuestas de empresas privadas que pudieran ofrecer soluciones más rápidas, eficientes y económicas. Rocket Lab, con su experiencia en misiones interplanetarias, ha sido seleccionada para desarrollar su propuesta y llevarla a un nivel más profundo.
Rocket Lab se ha hecho un nombre en el campo de la ciencia planetaria al desarrollar misiones de bajo costo, como la misión ESCAPADE de la NASA para estudiar la interacción del viento solar con la atmósfera marciana. La compañía también proporcionó la nave espacial CubeSat para la misión CAPSTONE de la NASA, destinada a probar la estabilidad de la órbita alrededor de la Luna.
Aunque la misión de recuperación de muestras de Marte sería su proyecto más complejo hasta la fecha, Rocket Lab confía en su capacidad para desarrollar una solución eficaz y asequible. El fundador y director ejecutivo de Rocket Lab, Peter Beck, ha declarado que "Rocket Lab ha estado implementando metódicamente una estrategia para la ciencia planetaria rentable en los últimos años, lo que nos hace particularmente adecuados para ofrecer un retorno de muestras de Marte rápido y de bajo costo."
La propuesta de Rocket Lab, aunque aún no se ha revelado en detalle, podría simplificar el diseño de la misión, acelerar el cronograma y, potencialmente, reducir los costos generales. Si la NASA finalmente decide aceptar la propuesta de Rocket Lab, la humanidad podría estar más cerca de obtener respuestas a algunas de las preguntas más intrigantes sobre nuestro vecino planetario.