La empresa de Mark Zuckerberg ha presentado sus modelos de lenguaje LLaMa como "código abierto", una decisión que ha provocado la reacción inmediata de la Open Source Initiative (OSI), la organización que define los estándares de código abierto desde la década de los 90.
La OSI ha sido categórica en su postura: LLaMa 2 no cumple con los criterios de código abierto. Su argumento se basa en las restricciones impuestas por las licencias de LLaMa. Si bien cualquier persona puede usar el modelo para proyectos de inteligencia artificial, las libertades no son absolutas.
Las principales limitaciones de LLaMa 3 incluye:
- Licencia adicional: se requiere una licencia adicional si el producto basado en el modelo supera los 700 millones de usuarios activos mensuales.
- Política de uso aceptable: prohíbe aplicaciones en áreas como el spam, el desarrollo de armas o infraestructuras críticas.
Sin embargo, la OSI no está de acuerdo y ha señalado que otras compañías como Google y Microsoft han dejado de usar el término "código abierto" para modelos que no cumplen completamente con la definición.
Este debate nos obliga a reflexionar sobre el futuro de la tecnología y el papel del código abierto en su desarrollo. ¿Se necesita una nueva definición de código abierto para la era de la inteligencia artificial? ¿Cómo se puede garantizar que el código abierto siga siendo un motor de innovación y accesibilidad en el futuro?