La escena, digna de una distopía científica, formaba parte de un experimento viral que mezcló diversión con investigación seria.
Dirigido por el biólogo Felix Hol de la Universidad Radboud, el "Mosquito Magnet Trial" midió mediante cámaras y algoritmos cómo estos insectos reaccionaban a distintos perfiles humanos. Los resultados preliminares, publicados en bioRxiv, revelaron patrones sorprendentes:
- Los consumidores de cerveza aumentaron su atractivo para los mosquitos en un 44%
- El cannabis y dormir acompañado también incrementaron las probabilidades de picaduras
- El protector solar demostró ser un repelente efectivo, reduciendo el interés de los insectos a la mitad
La metodología fue tan ingeniosa como simple: los participantes apoyaban sus brazos contra cajas de acrílico con
mosquitos cautivos, mientras sensores registraban cada aterrizaje.
"Era como un juego: la gente competía para ver quién obtenía mayor puntaje", relata Sara Lynn Blanken, coautora del estudio. La pantalla que mostraba los resultados en tiempo real generaba reacciones apasionadas entre parejas y grupos de amigos.
Detrás de la aparente frivolidad, la investigación aborda un misterio científico de décadas: ¿qué hace que algunas personas sean imanes de mosquitos?. Hol explica que probablemente se trata de una combinación de factores:
- Composición química del sudor
- Microbiota cutánea
- Temperatura corporal
- Metabolitos derivados de alimentos y sustancias
El ambiente festivo introdujo variables inusuales. Entre las 500 pruebas realizadas, los investigadores documentaron desde
mosquitos que huían hacia fuentes de azúcar hasta enjambres que se lanzaban sobre ciertos voluntarios en segundos. La locación, aunque poco ortodoxa, permitió recopilar datos en condiciones reales difíciles de replicar en laboratorios tradicionales.
Hol admite las limitaciones del estudio: "No es concluyente, pero abre caminos fascinantes". Mientras la ciencia sigue descifrando este enigma, el equipo bromea con una fórmula anti-mosquitos: abstenerse de alcohol y drogas, dormir solo y bañarse en bloqueador. O, como alternativa menos espartana, simplemente usar manga larga.
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