Corazón artificial de titanio salva vidas y supera pruebas cruciales

No es un prototipo de laboratorio, sino un dispositivo que ya late dentro de seres humanos.
El BiVACOR, creado por el ingeniero biomédico Daniel Timms, funciona con un principio revolucionario: "Un solo componente móvil que flota magnéticamente, sin válvulas ni piezas que se desgasten". Este diseño minimalista evita la fricción y la corrosión, problemas que limitaban a dispositivos anteriores.
"Cada año mueren 5,000 australianos por falla cardiaca. Este dispositivo puede cambiar las reglas del juego", declaró el cirujano Paul Jansz, parte del equipo pionero. Actualmente, cuatro unidades adicionales se preparan para uso clínico en Australia, con miras a expandirse globalmente.
Lo más sorprendente: el prototipo original nació en 2001 con tuberías de ferretería. Timms, hijo de plomero, replicó el sistema circulatorio humano usando materiales cotidianos antes de desarrollar la versión médica. Ahora, su invento no solo sirve como puente hacia el trasplante, sino que podría convertirse en solución permanente.