Cincinati
El receptor de los Gigantes de San Francisco sólo aspiraba a traer al menos una carrera.
La mesa estaba servida para que Buster Posey se luciera. El receptor de los Gigantes de San Francisco sólo aspiraba a traer al menos una carrera, pero terminó demostrando una vez más porqué es candidato serio al premio de Jugador Más Valioso.
En ese momento, su jonrón con las bases llenas no aseguró necesariamente la victoria ante unos amenazantes Rojos de Cincinnati que entrada tras entrada ponían hombres en base y de alguna manera, llevaban al encendido Ryan Ludwick a la caja de bateo. Pero el relevo y la defensiva hicieron su parte y San Francisco se encamina a la serie de campeonato de la Liga Nacional por segunda ocasión en los últimos tres años.
“Estaba tratando de asegurarme de traer esa carrera desde tercera”, comentó Posey, quien bateaba de 17-3 y sólo había podido conseguir un hit en sus doce turnos anteriores al jonrón. “Buscaba un lanzamiento en la zona. Recibí el lanzamiento en la zona, le di bien y pasaron buenas cosas”.
El batazo de Posey sacó de la loma a Mat Latos, quien hasta esa entrada había mantenido un duelo de pitcheo sin carreras frente a Matt Cain. Pero dejó una bola por el medio del plato al líder de bateo de la Liga Nacional y lo pagó caro.
“Había hecho un par de malos lanzamientos”, dijo el dirigente de los Rojos, Dusty Baker. “Pero todavía le quedaba en el tanque. Tenía a Posey en dos strikes; no sé exactamente cuál era la cuenta, si 2-2 o 1-2. Pero sé que tenía en dos strikes a Posey pasó que le tiró una justo en el medio”.